viernes, 19 de julio de 2013

RINCÓN DE CLAUDIO



CRUZ DE PALO Y PERSONAJES FRANCISCANOS DE BELALCÁZAR

La asociación cultural Turdulia Belalcazarensis, a la que pertenezco, tiene como objetivos recuperar el patrimonio histórico y arqueológico de nuestro pueblo.


La primera información que tuve sobre la Cruz de Palo fue oral, me la proporcionó Luis Delgado primo de María Cándida Delgado Delgado, como religiosa clarisa Sor Guadalupe de Jesús. Sor Guadalupe al entrar en clausura donó a la Orden Franciscana todo su rico capital con el que se construyó un convento para frailes, un colegio para niños y adultos pobres del pueblo y una iglesia con fachada a calle Padre Torrero.

La Cruz de Palo se erigió, hace siglos, en este mismo lugar para indicar la proximidad del monasterio de Santa Clara a los frailes franciscanos que venían a Santa Clara para las celebraciones litúrgicas como hoy siguen haciendo desde su casa de Fraternidad Franciscana pero ya por caminos asfaltados. La distancia entre el convento de San Francisco de los Mártires de Marruecos, saliendo por calle Fray Juan de la Puebla, y el de Santa Clara es de 1,4 km.

La hermana discreta comunicaba la proximidad del religioso franciscano que llegaba para la celebración litúrgica y disponer ya los ornamentos sagrados.

La junta de gobierno de una comunidad de hermanas clarisas está formada por la abadesa, como presidenta, la vicaria y la hermana o hermanas discretas, siendo ésta o éstas últimas de número variable dependiendo de las monjas que haya en el convento. Las reuniones más solemnes se celebran en la espléndida sala capitular que tiene el monasterio de Santa Clara.

La primitiva Cruz de Palo constaba de dos palos, como son las cruces, anclados sobre una tosca peana cilíndrica de granito, de 0,8 m. de diámetro. Con el paso del tiempo, la humedad y la carcoma pudrieron la madera quedando sólo la peana de granito. Peana que alguien se llevó, por el año 2000, apreciándole un valor arqueológico, y que la asociación Turdulia consiguió recuperar.

Por el año 1951, una fría noche de otoño, un coche permaneció parado varias horas cerca de esta Cruz, con sus luces encendidas y los perros del entorno ladrando. A la mañana siguiente se descubrió, cerca de la Cruz, un hoyo excavado de cerca de 1 m. de profundidad con forma de orza grande: lo recuerdan muchas personas del pueblo, unas porque se acercaron a verlo y otras porque lo oyeron contar. Se dice que en ese hoyo debió haber permanecido enterrado, dentro de la orza, el valioso contenido de algún robo cometido en Santa Clara durante su ocupación militar en la Guerra Civil y que su autor vino a recuperarlo esa noche.

La actual Cruz de Palo reconstruida es de madera de árbol de pino, alcanza 4 m. de altura, lleva apliques metálicos cilíndricos en sus cuatro extremos y en el cruce de palos para fortalecerlo; va anclada en la primitiva peana recuperada: todo en consonancia  con la tradicional austeridad franciscana y con materiales reaprovechados.

La actual cruz del crucifijo que preside el altar mayor de nuestra parroquia consta también de dos palos de madera de árbol de pino. Fray Dionisio Ruiz Piedrahita, que recibió su ordenación sacerdotal en nuestra iglesia de Santiago, durante sus años de párroco en nuestro pueblo cambió por el actual el anterior crucifijo diseñado por los arquitectos o decoradores que en 1967 culminaron las obras de reconstrucción de nuestra iglesia después del derrumbe de 1947. (Con motivo de este derrumbe se extravió la corona condal de piedra que coronaba el escudo de los Sotomayor en su correspondiente capilla; años después de encontrarse esta corona, Fray Dionisio la instaló como decoración en la actual capilla bautismal donde puede verse).

Quiero referirme aquí a la sólida tradición franciscana que hay en Belalcázar, como lo atestiguan la ininterrumpida presencia de las monjas clarisas, excepto los años de nuestra Guerra Civil, en el monasterio de Santa Clara de la Columna fundado en 1476, y la de frailes franciscanos en el convento de San Francisco de los Cinco Mártires de Marruecos fundado en 1486. En estos dos monasterios franciscanos de Belalcázar han vivido personajes ilustres que pasaron a la historia; de entre todos extraigo un resumen de diez de ellos, tomado del libro, Personajes de Belalcázar de nuestro amigo, Joaquín Chamero Serena.

Fray Juan de la Puebla, 1453-1495. Nació en Puebla de Alcocer. Hijo de los condes de Belalcázar, cuando tenía 10 años muere su padre y pasa a ser conde de Belalcázar con el nombre de Gutierre II de Sotomayor. Renunció al condado, en favor de su hermano Gutierre III de Sotomayor, para hacerse fraile. Por la muerte de Gutierre III, fray Juan regresa a España para encargarse de la educación de su sobrino, Alonso II de Sotomayor, quien después de la muerte de su esposa se hizo también religioso franciscano con el nombre de fray Alonso de la Cruz. Fray Juan de la Puebla fundó varios conventos franciscanos acogidos a la Custodia de Santa María de los Ángeles donde se practicaron las reglas con más perfección y rigor. Fue enterrado en el convento de Belalcázar.

Un azulejo con la imagen de Fray Juan de la Puebla, año 2014, instalado en la fachada de la iglesia de Santa Clara, recuerda el hermanamiento celebrado entre las localidades de Puebla de Alcocer y Belalcázar.

Fray Juan de Belalcázar, 1415-1519. De nombre Juan Moyano, tomó el nombre de Juan de Belalcázar al hacerse religioso en el convento de los Cinco Mártires. Como fraile acompañó al conde Gutierre III de Sotomayor a la conquista del reino de Granada. En el cerco de Málaga salvó de una traición, con riesgo de su propia vida, al rey Fernando el Católico. A los pocos días de este suceso moría el conde don Gutierre III en Casarabonela y fray Juan regresó a Belalcázar acompañando el cuerpo del difunto. Recibió del Sumo Pontífice el nombramiento de obispo de Atenas aunque prefirió quedarse de humilde fraile. Está enterrado en convento de los Cinco Mártires de Marruecos. En la losa de su sepultura se lee.

        Episcopi Ioannis venerabilis ossa quiescunt//Praesenti in tumulo, sancta,

        qui vixit aede//Tribus quadraginta annis, velut incolae eremi

Fray Miguel de Medina, 1489-1578. Estudió en Córdoba Arte y Teología. Ingresó en la orden franciscana en 1509. Recibió el grado de doctor en la universidad de Toledo. Propuesto por Universidad de Alcalá, en primer lugar, para asistir al concilio de Trento, donde brilló. Por su mediación el Papa Pio IV concede a la parroquia de Belalcázar el Jubileo de dos días al año: dia de la Asunción de Ntra. Señora, 15 de agosto, y Dedicación de San Miguel, 29 de septiembre. Fue Guardián del real convento de San Juan de los Reyes, Toledo, donde está enterrado. El Ayuntamiento de Belalcázar conjuntamente con la asociación Turdulia rindieron homenaje a Fray Miguel de Medina en el monasterio de San Juan de los Reyes el día 22-11-019 y después en la parroquia de Santiago el Mayor de Belalcázar el dia 13-08-2020.


Fray Alonso de la Cruz. Hijo del conde Gutierre III de Sotomayor, al que sucedió, con 11 años, como titular en el condado de Belalcázar. Se casó con Isabel Felipa de Portugal y fue padre de fray Antonio de la Cruz, de Fray Luis de la Cruz y de sor Felipa de la Cruz. En 1517 muere su esposa y renunció a seguir siendo conde para ingresar como fraile en el convento de Santa María de los Ángeles. Murió en el convento de San Francisco de Guadalcanal, siendo enterrado en el convento de los Cinco Mártires de Marruecos de Belalcázar.

Fray Antonio de la Cruz, 1503-1526. Llamado Antonio de Sotomayor y Zúñiga era hijo de Alonso de Sotomayor (fray Alonso de la Cruz) y de Isabel Felipa de Portugal. Se crió bajo la protección y enseñanza cristiana de fray Juan de Belalcázar. Con 16 años fue enviado a la corte del emperador Carlos V, al que acompañó en sus viajes por Italia y Alemania. Pide licencia al empeador para trasladarse a Belalcázar e ngresa como fraciscano, en 1525, en San Francisco de Guadalcanal, donde recibió los hábitos de manos de su padre, fray Alonso de la Cruz. Murió con 23 años y por orden de su hemano, el duque de Béjar, fue enterrado en el convento de los Cinco Mártires de Marruecos.

Fray Luis de la Cruz, 1503-1558. En su juventud  fue militar en el ejército de  Carlos V con el que viajó por Europa; participó en en la conquista de Túnez y la Goleta, pasó con su ejército a Sicilia, Nápoles y Roma. Estuvo en la guerra con Francia y viajó a Cartagena de Indias. En 1542 ingresó en el convento de Santa María de los Ángeles. Siguiendo la tradición familiar fue enterrado en el convento de los Cinco Mártires de Marruecos.

Sor Felipa de la Cruz, 1509-1531. Hija de Alonso de Sotomayor y Felipa de Portugal, IV condes de Belalcázar. Nació dentro del castillo de los condes. Asistía con sus padres a los cultos religiosos en el convento de los Cinco Mártires de Marruecos. Con 13 años ingresó en el convento de Santa Clara de la Columna. Hizo testamento, que se conserva, el 17 de agosto de 1524. Murió a los 22 años.

Madre Maria de la Trinidad. Fue monja en Santa Clara de la Columna. En 1618 parte a Indias acompañada de otras religiosas. Se la tiene como fundadora de conventos en América.

Fray Lucas Ramírez Arias. 1715-1774. Tomó el hábito franciscano en los Cinco Mártires de Marruecos de Belalcázar donde estudió Teología. Fue calificador y consultor del Santo Oficio de la Inquisición. Obispo de Tuy, murió en esta ciudad en cuya catedral está enterrado. Destacó también en literatura siendo autor de numerosas obras escritas.

Sor Guadalupe de Jesús. 1911-1981. María Cándida Delgado Delgado, antes mencionada, desde muy pequeña manifestó inclinación por la vida religiosa. Con 12 años quedó huérfana de padres. Ingresó como novicia en la Adoratrices de Guadalajara y tiene que volver a Belalcázar. Pasada la Guerra Civil se entrega a la tarea de construir en su casa un convento con iglesia y un colegio donde se imparta enseñanza gratuita, también de reparar daños causados por la Guerra Civil en el Monasterio de Santa Clara. Dona sus bienes para una fundación con los siguientes fines: 1- asistencia espiritual al pueblo; 2- educación cristiana y gratuita para niños y jóvenes; 3- asistencia espiritual a las Monjas Clarisas, ejerciendo su Capellanía. En 1951 vuelven los frailes franciscanos a Belalcázar, tras muchos años de ausencia, para hacerse cargo de la enseñanza gratuita en las aulas del nuevo convento franciscano y la asistencia espiritual al pueblo en la nueva iglesia construida.                                                                                                  

Sor Guadalupe comenzó su noviciado en Santa Clara de la Columna en 1942, profesó en 1946. Como monja de clausura desempeñó varios cargos en Santa Clara desde enfermera, ecónoma, consejera hasta abadesa.

    Me queda sin respuesta la pregunta de cuándo y por qué los franciscanos se fueron del convento de los Cinco Mártires de Marruecos de Belalcázar.

Belalcázar, 1/11/ 2022.   Claudio Rodríguez.

 

 



Año pluviométrico 1 de septiembre de 2017 a 1 de septiembre de 2018, por días y meses en BELALCÁZAR
Comparando con otras localidades de nuestra provincia:

CÓRDOBA= 487,7.

VILLANUEVA DE CÓRDOBA=683,4.

HINOJOSA DEL DUQUE=488,5.

Según datos del Diario Córdoba, 31 de agosto de 2018.


Año pluviométrico 2016-2017, total lluvia registrada: 165,25 l/m2.


                                                 En Belalcázar a 2 de septiembre de 2018.

                                                                   Claudio Rodriguez

EL ARROYO QUE PASA POR NUESTRO PUEBLO.

En la historia de casi todas las poblaciones hay un rio al que se hace referencia en acontecimientos importantes y cubre las necesidades de agua de sus ciudadanos: Córdoba y Sevilla tienen el Guadalquivir, Madrid tiene el Manzanares, Salamanca el Tormes…
Belalcázar, que antes se llamó Gafiq y después Gahete, tiene su propio arroyo; arroyo que ya en documentos antiguos aparece escrito con el nombre de arroyo de Gahete.
Nuestro arroyo de Gahete nace en la fuente del Pilar de Hinojosa del Duque, con el nombre de Arroyo del Pilar. Con este nombre llega hasta entrar en el término de Belalcázar, donde ya recibe el popular nombre de arroyo del Palomar aunque en los mapas aparece escrito con el nombre de Caganchas. El camino que, desde Belalcázar, sigue paralelo al arroyo recibe también el nombre de camino del Palomar porque iba a la dehesa del Palomar o Palomares donde se halla la ermita de Santo Domingo, lugar común de reunión para las villas del condado de Belalcázar; camino que además era el camino de Villanueva del Duque según consta escrito en documentos del registro de propiedades.
El tramo de arroyo entre las poblaciones de Hinojosa y Belalcázar transcurre por terrenos graníticos, duros y consistentes; su cauce es somero y predomina la trayectoria rectilínea. Aquí las tierras son parcelas dedicadas al cultivo de cereales, con pequeñas huertas medio abandonadas y algunos olivares de nueva plantación. El cerro Picacho, de 542 m., se eleva frente a las casas del Palomar, algo retirado del cauce por su margen derecha.
El tramo de arroyo que bordea la población de Belalcázar, popular y tradicionalmente recibe el nombre de Prao, prado verde donde pastaba el reducido ganado de aporte familiar. Cuando aquí pastaba el ganado, nuestro arroyo tenía sus márgenes con riberas amplias, riberas que progresivamente se fueron reduciendo por anexiones territoriales y posterior emparedado hasta quedar su cauce canalizado con minúsculas riberas cementadas y privadas de su natural flora y fauna: reducido corsé que en ocasiones las lluvias torrenciales tratan de romper y se desbordan. Cuando se producen esas ocasionales crecidas, el arroyo inunda también algunos metros de la calle del Prao-Prado, nombre popular de la calle que, oficialmente, es la calle Hernán Cortés.
Algunos jubilados del pueblo aún recuerdan las canteras de granito que había sobre el cauce de esta parte de nuestro arroyo y que de ellas se extrajo material para construir, en 1954, las casas de Regiones. Recuerdan, también, que antes de construirse el actual puente que hay junto a la plaza de Abastos en 1952-53 por el belalcazareño Antonio Rubio Murillo que siempre fue ingeniero de la Diputación de Córdoba (el puente que está cerca de la antigua fábrica de harinas es anterior), en su lugar había un puente de lanchas semejante al de fecha 1882, que aún permanece junto a su vado de adoquines, en la primera entrada al pueblo por carretera si se llega desde Cabeza del Buey.
Fue en los primeros años de la década de 1950 cuando se acometió la construcción del actual paseo Corpus Barga en la margen izquierda del arroyo; para rellenar esta parte de ribera se utilizaron escombros provenientes del derrumbe de nuestra parroquia, ocurrido en 1948. Antes de la construcción de este paseo, parte de su espacio era un camino con empedrado de bolos ya sueltos, conocido con el nombre de la Calzá-Calzada. Posiblemente este nombre correspondiera al de la calzada romana descrita por D. Ángel Delgado, quien en la pág. 82 de su libro, Vías Romanas de Belalcázar, escribe: se presenta en el pueblo actual, por cuyo centro debía atravesar la calzada hasta cruzar el Arroyo llamado antiguamente El Gahete, hoy conocido por el vulgarísimo (nombre) de Caganchas.
Algo más abajo del Castillo, frente a la depuradora, nuestro arroyo se une, por su margen izquierda, al arroyo San Pedro que le dobla en caudal, y juntos forman el arroyo de nombre popular Malagón, que corre en dirección norte hasta desembocar en el Zújar por la Pizarra Alta. Una referencia sobre esta desembocadura es el cerro Gordo o Tollo, de 462 m., situado en la margen derecha del arroyo.
La longitud total de nuestro arroyo es de 31,63 Km; 13,98 km de los cuales están entre el Pilar de Hinojosa y su unión con el arroyo San Pedro, los 17,65 km restantes van desde esta unión hasta su desembocadura en el Zújar.
La parte de cauce comprendida entre la salida de la población de Belalcázar y la desembocadura en el Zújar, transcurre por terrenos pizarrosos, más blandos y de fácil erosión, por lo que nuestro arroyo se ahonda y encajona formando numerosos meandros, como el de la Penitencia y el del Castillo descritos por el profesor de Córdoba, Cabanás. En esta segunda parte pizarrosa de su cauce predominan las tierras de pastos propias del ganado lanar, antes llamadas dehesas y quintos, sus nombres son: Monte de Malagón que fue antigua dehesa Boyal del Concejo de Belalcázar, Cotillo, Sanchuelo, Ochavillo, Hatoviejo y Pizarra.
Rafael López Monge, en su Blog de Belalcázar, tiene registrados y descritos 14 molinos harineros en nuestro arroyo: tres en el tramo comprendido entre el castillo de Belalcázar y la unión con el arroyo de San Pedro, y once en el tramo comprendido entre esta unión y su desembocadura en el Zújar, es decir, en el llamado arroyo Malagón.
Todas las aguas de nuestro término municipal las recoge el Zújar y las lleva al Guadiana, por lo que nuestro término municipal forma parte de la cuenca y Confederación Hidrográfica del Guadiana.
Agradezco a mis colegas jubilados la información que me facilitaron de sus conocimientos y vivencias de la niñez.


                                                                       Belalcázar, julio de 2018. 
                                                                                     Claudio Rodríguez

COINCIDENCIA DE TRES IMPORTANTES CAMINOS EN EL PASO DEL ARROYO DE LA DEHESA POR LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE CONSOLACIÓN: Carretera comarcal, Camino Real de Sevilla, Calzada Romana.

El arroyo de la Dehesa de Barbellido-Valbellido, dehesa en la que se construyó nuestra ermita de Consolación, nace cerca de la cumbre de la Encinosa de 633 m., serrezuela del término de Hinojosa situada a pocos kilómetros del pueblo de Fuente la Lancha, por el oeste. Tiene una longitud aproximada de 23 km desde su nacimiento hasta la unión, poco antes del puente San Pedro, con el arroyo de la Jarilla para formar, junto con el del Prao-Prado, nuestro arroyo de Malagón que vierte sus aguas al Zújar.

CARRETERA COMARCAL, CO 9401. El arroyo de la Dehesa cruza bajo el  puente la carretera comarcal CO9401, Belalcázar-Valsequillo, en el punto kilométrico nº 2; carretera que según referencias orales debió de construirse a comienzos de la década de 1940. La carretera es el más reciente de los tres caminos a los que se refiere el título de este escrito. Se construyó sobre el mismo terreno que ocupaba el Camino Real de Sevilla, permanecen aún las paredes laterales, de piedra de granito, que limitaban la anchura del viejo  camino.
Nuestro arroyo de la Dehesa pasa también bajo el puente de Lanchas, construido en 1869,  según fecha grabada en una de las lanchas, puente que está junto al de la carretera comarcal. Bajo estos dos puentes contiguos pasa nuestro arroyo, primero por el de la carretera y después por el de lanchas. Puente, éste, construido con lanchas megalíticas, rudimentarias, de granito, con las siguientes medidas generales para cada una: 5 m de longitud, 91 cm de anchura, 30 cm de grosor y 3,75 Tm de peso aproximado. Se compone de ocho tramos de dos lanchas adosadas lateralmente en paralelo, que se sostienen sobre ocho tramos de pilastras de 1,6 m de altura, asentadas sobre el lecho del arroyo que aparece cubierto, durante los primeros meses de verano, de adelfas en flor. Su longitud total aproximada es de 50 m y su anchura, de 1,82 m. Los hermanos de la Virgen de Consolación, para darle mayor esplendor a su romería, vienen utilizando el difícil paso por este puente de Lanchas para cruzar el arroyo de la Dehesa portando a hombros las andas con la imagen de Ntra. Sra. de Consolación.

CAMINO REAL DE SEVILLA es otro de los tres importantes caminos antiguos que cruza el Arroyo de la Dehesa en este mismo punto. Comunicaba el Camino Real las preponderantes ciudades de Toledo y Sevilla, entraba en Belalcázar por la Cruz de la Tercia, seguía por la calle de Sevilla y salía por el Domadero hacia Valsequillo, Fuenteobejuna y Sevilla. Por este camino se transportaba el mercurio o azogue procedente de Almadén con destino al puerto de Sevilla y América. D. Luis Mª Ramírez y las Casas Deza cita este Camino Real de Sevilla como referencia para situar cerca de él algunas aldeas medievales de Belalcázar. Tenía la anchura de las vías pecuarias; sobre su suelo se construyó la referida carretera comarcal sobrando espacio por ambos lados. Por aquí circularon reyes, carruajes con mercancías o pasajeros y ganados.

CALZADA ROMANA. La Calzada Romana nº 29 del Itinerario de Antonino, Mérida-Zaragoza, se apartaba de la calzada nº 11, Mérida-Córdoba, poco después de pasar el derrumbado puente romano sobre el rio Zújar, que había junto a la ermita de Ntra. Sra. de la Alcantarilla. Según D. Ángel Delgado, Vías romanas de Belalcázar.
Esta calzada, nº 29, llegaba a Belalcázar pasando por Las Tobosas, Pozo de la Torre, camino de la Avispa, Lobillo y después de pasar junto a la pared de la huerta de Manolo Cid continuaba por lo que hoy es carretera comarcal y antes fue Camino Real de Sevilla, cruzaba el arroyo de la Dehesa y entraba en Belalcázar por el Domadero.
Salía de Belalcázar junto al cercado de Pedrajas y seguía por La Mata, Torretejada, La Bienvenida… hasta Zaragoza.
                                                         Belalcázar, julio de 2018.
                                                               Claudio Rodríguez.


ENCOMIENDA DEL DUQUE DE RIVAS EN NUESTRO TÉRMINO MUNICIPAL.

Comencé a descubrir y conocer las distintas partes del terreno de nuestro término municipal durante mis recorridos en bicicleta por los caminos de nuestros campos: como maestro, casi siempre acompañado de niños. A los niños les encantaban estos paseos que también servían para ir descubriendo características geológicas del terreno, flora, fauna y producción agrícola o ganadera.
En mis conversaciones con trabajadores del campo, labradores o ganaderos, yo observaba que éstos conocían muy poco sobre las tierras que hay más allá de Torretejada, situadas a uno y otro lado de la vía pecuaria de La Colada en dirección hacia El Viso, por donde están Cogollalta y Ventosilla con sus minas de wolframio. Sin embargo era ésta una ruta que frecuentábamos en bicicleta. En bicicleta fuimos un grupo a conocer las minas de Ventosilla, una mañana de primavera, con el correspondiente permiso del guarda de la finca.
Información detallada sobre estas desconocidas e históricas tierras me proporcionó Antonio Gómez Torrico, que siempre vivió en su cortijo de los Lagares de María Miguel, cerca de la Colada. En el entorno de los Lagares de María Miguel hay importantes restos arqueológicos de edificaciones, tumbas y vestigios de una calzada romana. En el ancho camino que desde Los Lagares va a unirse con la cañada de María Miguel y la Colada, poco antes de enlazar con éstas hay un pozo de abundante agua, que recibe el significativo nombre de Fuente del Duque.
Antonio dice que las tierras que hoy son de Rebasco, la Liebre, Riaza, Torretejada, Cantos Blancos, Hornillo, Ventosilla, Cogolla Alta y Baja, y otras más del entorno, componían lo que fue una posesión del duque de Rivas conocida con el nombre de Encomienda o Coto. Esta encomienda o coto estaba delimitada con mojones de granito, de algo más un metro de altura por medio de anchura, con la leyenda: Duque de Rivas/coto. Alguno de estos mojones todavía se puede encontrar.
           Ángel de Saavedra y Ramírez de Baquedano, III duque de Rivas y grande de España, nació en Córdoba en 1791 y murió en Madrid en 1865. Fue dramaturgo, poeta, historiador, pintor y estadista. De ideas liberales luchó contra los franceses en la guerra de la independencia y más tarde contra el absolutismo de Fernando VII. Su obra literaria es considerada emblemática del romanticismo.
Los duques de Rivas tenían como administradores de sus bienes de Belalcázar a los García de la Barga, familia a la que pertenecía el conocido escritor y político Corpus Barga.
Esta referida propiedad del duque de Rivas debió sentirse afectada por las desamortizadoras leyes españolas del último tercio del siglo XIX. Según estas leyes, las tierras que el gobierno declaraba enajenables o desamortizables se expropiaban y se vendían en pública subasta.
Don Rodrigo Rubio, próspero comerciante belalcazareño que vivía detrás de la iglesia, en la actual plaza de los Mártires, adquirió en subasta las antedichas tierras del duque de Rivas con la comercial intención de hacer negocio con su posterior reventa.
Ocurrió que llegó el vencimiento del plazo para hacer efectivo el pago de las tierras adquiridas y don Rodrigo, al no haber logrado revenderlas, como esperaba, carecía de fondos con los que saldar la deuda contraída. Ocurrió también que los hacendados de Belalcázar, a quienes pensaba revender tierras de la encomienda, compraron, después, tierras en el valle de Alcudia.
La desesperación de don Rodrigo era grande y la situación angustiosa. En ese trance acudió a sus colegas comerciantes de Pozoblanco en demanda de colaboración y ayuda. Los colegas pozoalbenses mostraron su interés y aceptaron la oferta de compra de tierras. De común acuerdo, don Rodrigo se quedaba con las más cercanas a Belalcázar: La Libre, Rebasco, Torretejada; mientras que los pozoalbenses adquirían las restantes, más cercanas a su pueblo: Cogolla Alta y Baja, Ventosilla, y otras.
Los nuevos propietarios de Pozoblanco contrataron para las faenas agrícolas y ganaderas de sus nuevas tierras a personal laboral del entorno de su pueblo.
Consecuentemente esas tierras de propietarios pozoalbenses quedaron aisladas del trato personal con el pueblo de Belalcázar y se convirtieron en las más desconocidas.
Claudio Rodríguez.
Julio de 2017. Belalcázar.

                Un  mes después de que este escrito se publicara en la Revista de Feria, Feliciano Casillas Sánchez, cronista de Belalcázar, me envía las dos siguientes noticias periodísticas que confirman esta propiedad, del Duque de Rivas, en Belalcázar. Se lo agradezco:
     1ª)  El Defensor de Córdoba, 24.12.1903. Pág 1.
Minera. Alusión mina en tierras D. de Rivas.
En el Gobierno civil de esta provincia, se han presentado las siguientes solicitudes de registro:
Por don Valentín Sánchez Aparicio, vecino de Belalcázar, de diez y ocho pertenencias para la mina denominada de Rigoberta, de mineral cobre, sita en el término de Belalcázar y sitio conocido por Quinto de Cantos Blancos propiedad del Duque de Rivas.

   2ª)  Diario oficial de avisos de Madrid 28.06.1868. Pag 2
Propiedades Duque de Rivas. Belalcázar.
Casa  y estados del duque de Rivas.
Se saca a pública subasta el arrendamiento del Quinto de Ventosillas, en el término de Belalcázar, provincia de Córdoba, para pasto y labor y aprovechamiento de bellota: tiene una cabida de 632 fanegas del marco del país, con 12.000 encinas y chaparros. El remate tendrá lugar el día 5 de julio próximo, en esta corte, en la contaduría de S. E. y en la administración de Hinojosa del Duque, de once a doce de la mañana, donde se instalará el pliego de condiciones.
Madrid, 27 de junio de 1868- El Contador, Salvador Marín.

ARROYO DE CONSOLACIÓN, SU PERFIL HISTÓRICO-RELIGIOSO.
Las antiguas ermitas medievales de nuestro entorno y comarca son testimonio de unas formas de vivir muy diferentes a las de nuestros días: la sanidad era muy deficiente y rudimentaria, se producían  grandes epidemias, la alimentación era escasa e incompleta, el trabajo muy duro, se sufrían grandes calamidades, peligros y temores, la creencia religiosa era el refugio seguro al que siempre se acudía.
A lo largo de la edad media en las grandes ciudades se edificaron catedrales góticas pero la mayor parte de la población era rural y vivía diseminada por aldeas, campos y dehesas.
La agricultura y ganadería fueron actividades que  gozaban de gran consideración dentro de la sociedad romana, muchos patricios eran propietarios de grandes haciendas y vivían en ellas durante todo el año dedicados al cultivo de la tierra y a la cría del ganado. Encontramos valiosos restos arqueológicos romanos de aquellas haciendas en muchos puntos de nuestro término municipal: hay presas hidráulicas, mosaicos, tumbas, sarcófagos, columnas, pulvinos, estelas con inscripciones…
Una continuación de esta forma de vida agraria romana se dio en nuestras dehesas a lo largo de toda la edad media y tiempos siguientes.
   La población humana siempre se ha concentrado en las cuencas de ríos o arroyos y como ejemplo traemos hoy nuestro arroyo de Consolación.
Su longitud es de 27 km; nace en Cabeza Mesada, elevación de 751 m cercana al límite entre los términos de Hinojosa y Peñarroya. Su primer tramo, hasta la ermita de san Benito, discurre por terreno pizarroso con vegetación característica de encinas y jaras. El tramo medio, hasta el puente de San Pedro, es de suelo granítico con predominio de cultivos de cereales. En su tramo final el suelo se vuelve pizarroso y el cauce se encajona; desemboca en el arroyo Malagón o Caganchas, frente al castillo de Belalcázar y junto a una pequeña mineralización de galena.
Por tramos recibe otros nombres populares que son: arroyo del Cuete o Cohete a su paso por el término de Hinojosa; le sigue de arroyo de las Jarillas o de San Benito, después viene el de arroyo de Consolación y el último, hasta su desembocadura en el de Malagón, se llama arroyo de San Pedro.
Recorriendo nuestro arroyo de Consolación, de principio a fin, encontramos los centros de interés histórico-religioso que seguidamente se describen.
CERRO DEL CUETE O COHETE. Al pie este cerro pasa nuestro arroyo en sus inicios, en él hay vestigios arqueológicos en espera de catalogación definitiva.
ERMITA DE SAN BENITO. Ermita que se halla en la dehesa de las Jarillas, limítrofe con la de la Urbaneja de evocador nombre, ambas pertenecen al término de Hinojosa. En el entorno de San Benito hay numerosos restos arqueológicos romanos con buenos sillares de granito. La ermita es del siglo XIV y su estilo gótico, aparece citada en el Libro de Monterías del rey Alfonso XI, como lugar donde se cazaba el oso. Comparando su arquitectura con la de Ntra. Sra. de Consolación de Belalcázar, situada 6 km aguas abajo del arroyo, ambas presentan ábsides de igual crucería pero la de Consolación consta de tres naves y la de san Benito, solo de una.
ALDEA DE MARI-PASCUAL. Ramírez y las Casas Deza dice que la aldea de Mari-pascual distaba una legua al oeste de Belalcázar, sobre el camino de Sevilla. Podrían ser vestigios de esta desaparecida aldea algunos restos de antiguas edificaciones situados a unos 150 m tomando el camino que se desvía en la curva de la carretera, a la izquierda, en el mojón kilométrico nº 6; se hallan en la margen izquierda del arroyo. Hay también lo que parece haber sido una fundición de galena.
   ERMITA DE SAN SERVÁN Y ALDEA DE LA GUTIERRA. En el tramo kilométrico nº 7 de la carretera de Belalcázar a Valsequillo, a unos 100 m. de distancia del arroyo de Consolación por su margen izquierda y a otros 100 m a la derecha de esta carretera, sobre el picón de terreno que se forma entre el camino y un arroyo que  vienen a confluir en la carretera se ven restos escasos de lo que fue ermita de San Serván, que también formaba parte de la desaparecida aldea de La Gutierra. En la actualidad, la Gutierra es una finca de labor que conserva muy pocos restos de la antigua y desaparecida aldea de su mismo nombre. El citado picón de terreno conserva, aún, su primitivo nombre de San Serván.
  ALDEA DE COSLADA. Ramírez y las Casas Deza sitúa la desaparecida aldea de Coslada a media legua al suroeste de Belalcázar. La ermita de Consolación fue parroquia de esta desaparecida aldea que aún existía en 1411.
  ERMITA DE NTRA. SRA. DE CONSOLACIÓN. A unos 6 km de la ermita de San Benito, aguas abajo y en la margen derecha del arroyo, se halla la ermita de Ntra. Sra. de Consolación. Ermita que se debió construir a raíz de la reconquista cristiana de Belalcázar, efectuada en 1236. El documento escrito más antiguo en el que se cita esta ermita es de 1399.
Se construyó en la dehesa de Valbellido, propiedad que fue del Concejo de Belalcázar.
Más información sobre esta ermita en: Ermita de Ntra. Sra. de Consolación de Belalcázar. Apuntes. Claudio Rodríguez.
  CALZADA ROMANA. La calzada romana nº 29 cruzaba el arroyo de Consolación bajando por el camino de la Avispa en dirección a Belalcázar; comunicaba Mérida con Zaragoza pasando por el puente romano de nuestra ermita de la Alcantarilla, pasaba también por La Bienvenida, Ciudad Real.
Permanecen trozos de su pavimento en: Pozo de la Torre, camino de la Avispa, junto a la pared de la huerta de Manolo Cid y en otros lugares más.
  CAMINO DE SEVILLA. El camino de Sevilla entraba en Belalcázar por la cruz de la Tercia, continuaba por la calle Sevilla y salía por el Domadero. Sobre él se construyó la actual carretera que pasa por Consolación en dirección a Valsequillo. El camino Real conserva casi toda su primitiva anchura, sobresaliendo a ambos lados de la carretera, en la parte que corresponde al término municipal de Belalcázar. Era éste un camino de mucho tránsito de viajeros, mercancías y ganados Por él se transportó el azogue que desde Almadén iba a Sevilla, también viajaron algunos reyes.
  ALDEA DE LOS ABADES. Ramírez y Las Casas Deza sitúa la desaparecida aldea de Los Abades al sur de Belalcázar, a una legua de distancia.
La aldea ocupaba las tierras de labor que hay por encima de la huerta de Pepe Álvarez. El camino que sale a la izquierda de la carretera, bordeando la pared norte de esta huerta conduce a la ermita de Consolación. Por el lado derecho de la carretera quedan, la anchura del camino de Sevilla que la carretera no ocupó, la viña de Gervasio y más lejos, el arroyo de Consolación a unos 300 metros. El cerro que suavemente se eleva por lo alto de la huerta es el cerro de los Abades, Abaes popularmente. Restos de materiales constructivos de la aldea quedan en la base del cerro lindante con la citada huerta. El camino vertical a la carretera, que asciende cerca de la linde de la huerta, llega hasta una abandonada cantera de granito en su lado izquierdo; frente a la cantera, en el lado derecho del camino, se ve un pequeño humedal de juncos y mastrancho, el haza de tierra donde se halla este humedal recibe desde antiguo el nombre  de Fuensanta: cabe deducir que ese humedal fuera el manantial o fuente de donde se abastecía la aldea de Los Abades.
  LAGAR DE SAN ANTONIO. Se halla en la margen izquierda a poca distancia del arroyo, casi en frente pero en la margen derecha, está la viña de Gervasio.
Lo que hoy se conserva es un edificio con dependencias de arcos de medio punto compuestos de dovelas cortas y bien labradas. Las dependencias albergaron grandes tinajas de barro y pez para contener vino. El edificio puede ser de los siglos XVIII-XIX. Es de propiedad privada.
  ERMITA DE SAN PEDRO. Poco se sabe sobre esta desaparecida ermita mencionada por Ramírez y las Casas Deza. Quedan sus cimientos que reciben el nombre de Piedras de San Pedro. Se hallan en la margen izquierda de nuestro arroyo, a unos 250 m  al norte de éste y a un kilómetro, aproximadamente, aguas arriba, del puente de San Pedro.
En sus cercanías, encajada entre bloques de granito, en 1897, unos niños que cuidaban del ganado encontraron una vasija de barro vidriado conteniendo unas 228 pequeñas monedas, en su mayoría árabes.
PUENTE DE SAN PEDRO. Este puente, bajo el que pasa nuestro arroyo, se construyó para salvar la corriente del arroyo por el camino de Extremadura. He visto manuscritos antiguos que refiriéndose a este camino lo nombran como camino de la Puente Vieja, lo que me hace suponer que anterior a este actual puente nuevo hubo otro anterior más antiguo.      

Belalcázar, julio de 2017.
Claudio Rodríguez.



PLUVIOMETRÍA EN BELALCÁZAR

CANTIDAD DE LLUVIA CAIDA EN BELALCÁZAR ENTRE EL 1º DE SEPTIEMBRE DE 2013 Y EL 1º DE SEPTIEMBRE DE 2014.

Septiembre  de 2013……………………………………………………040,00  l/m.
Octubre       de 2013……………………………………..…….……….102,25    “
Noviembre   de 2013… …………………...……….…………………...004,00    “
Diciembre    de 2013…………………… ….……………….………….057,00    “
Enero           de 2014………….………………………………..……….052, 00   “
Febrero        de 2014……………….…………………….….………….083,00   “
Marzo          de 2014………………………….……….……….....…….023,00    “
Abril             de 2014………………………………….……….………..037,00    “
Mayo           de 2014……………………….………….……..……….....011,00    “
Junio           de 2014…………….…………………….……....…….......015,00   “
Julio            de 2014.………………………………….…….....……..…005,00   “
Agosto         de 2014……………………………………..….…………..000,00   “
                                                                                                         __________ 
                                                TOTAL………………….…...…….. 429,75 litros 

Otras observaciones anotadas para febrero de 2014.
Día 14, se ven golondrinas; día 18, recolecté frutos, bien maduros y grandes, de mandrágora; día 22, se vieron cernícalos.

PLUVIOMETRÍA EN BELALCÁZAR PARA OTROS AÑOS.

1998-1999 = 376,00 litros
2000-2001 = 414,00 litros
2001-2002 = 454,80 litros
2002-2003 = 778,25 litros
2003-2004 = 470,50 litros
2004-2005 = 223,65 litros
2005-2006 = 312,75 litros
2006-2007 = 497,50 litros
2007-2008 = 442,50 litros
2008-2009 = 362,80 litros
2009-2010 = 536,00 litros
2010-2011 = 569,00 litros
2012-2013 = 181,00 litros
2013-2014 = 429,75 litros.

No tengo anotaciones de los años: 1999-00 y 2011-12.
La media para estos 14 años anotados es de 432,75 litros.

ERMITAS DE SANTO DOMINGO, CONSOLACIÓN, SAN SERVÁN Y SAN BENITO.
AÑO, 2014.
         Son cuatro ermitas situadas muy cerca de la línea, este-oeste, que separa los términos municipales de Hinojosa y Belalcázar, mancomunados en otros tiempos.
Siguiendo esta la línea, la ermita de Santo Domingo se halla a unos 7 km de la de Consolación; la de Consolación, a unos 2,2 km de la de San Serván y ésta a unos 2,4 de la de San Benito.

         ERMITA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN     
          
         Se edificó en terrenos de la antigua dehesa de los Palomares, posiblemente así llamada por la abundancia los mismos y que aún subsisten en algunas casas del entorno.
Se encuentra en el término de Hinojosa, a poco más de 200 m de donde comienza el de Belalcázar. La distancia de la ermita a la población de Hinojosa es de unos 4 km, y deBelalcázar, 7 km.
 Desde Belalcázar se llega por el antiguo camino que sigue llamándose, del Palomar; también se llega por el de Santa Clara desviándose a la derecha, después de recorridos unos  5 km, y continuar por la vía pecuaria de La Colada hacia Hinojosa: por ambos caminos hay la misma distancia.
         En sus cercanías persisten restos arqueológicos.
         Su construcción es de principios del siglo XIV, con el característico estilo de otras ermitas de la zona. Consta de una sola nave rectangular con tres robustos arcos ojivales de ladrillo que descansan sobre pilares de piedra; su cubierta, a dos aguas, es de sencilla tablazón de madera.                                                                                        
La puerta que se abre al norte, llamada de Belalcázar, es de traza gótica con dintel lisoenmarcado en alfiz; la otra puerta que mira al sur, es de sencillo arco de medio punto de ladrillos rojos. Dos ventanasque se abren a los pies de la emita, iluminan suinterior ydesde el pasado año están dotadas de vidrieras que dibujan, una el escudo de Hinojosa y otra el de Belalcázar.
La ermita no es muy visible desde lejos por estar edificada en terreno poco elevado.
En 2007 se realizaron importantes obras de reparación y acondicionamiento, tanto en el interior como en el exterior de la ermita, por una Escuela Taller.
Según el escritor, Casas Deza, en esta ermita de Santo Domingo era donde se reunían los Concejos del Estado de Belalcázar–Belalcázar, Hinojosa, Villanueva de Duque-
         Otras veces, si el tema a tratar lo requería, había representantes de la villa de Pedroche, villa que, durante años, compartió con las anteriores la llamada, dehesa de Pedroche.
Esta dehesa, por estar muy alejada de la villa de Pedroche, quedó sólo para las del Condado después de mutuo acuerdo de compensaciones a la de Pedroche. Cuando luego se hizo la segregación de términos municipales entre Hinojosa y Belalcázar, la dehesa quedó en el de Belalcázar.
La división y amojonamiento de los términos de Hinojosa y Belalcázar se hizo en virtud de concordia celebrada entre estas villas, en la ermita de Santo Domingo, el 21 de diciembre de 1559, (Casas Deza, Corografía, pág. 115), pero no se llevó a efecto hasta muchos años después.
         La que sigue llamándose Dehesa de Pedroche aunque más bien, en la actualidad, es el paraje o polígono de Pedroche, estaba regada por el arroyo del Fresno; en su interior quedaban la mina, fuente y casa de la Ventilla, Ventilla donde paraban los frailes franciscanos cuando iban de camino entre los conventos de San Diego de Hinojosa y San Alberto de El Viso. Sus límites aproximados eran: camino de Santa Clara, dehesa de Cubillana, río Guadamatilla, dehesa de la Cogolla y vía pecuaria de la Colada.
Pablo Torres Márquez en, Transformaciones Agrarias y Desamortización en Los Pedroches durante el siglo XIX, (página 140) dice que la dehesa de Pedroche de Belalcázar, de 2.000 Has, pasó a la clase de enajenable en 1896. En la actualidad está repartida entre varios propietarios.      Emilio Cabrera Muñoz en El Condado de Belalcázar (1444-1518) transcribe la siguiente relación de la parte de gastos, correspondientes al Concejo de Hinojosa, contraídos por reuniones con los Concejos de Gahete y Pedroche en ermita de Santo Domingo; estos gastos son: año, 1419-20=105 maravedíes; año, 1422-23=096 mrs; año, 1423-24=110 mrs; año, 1425- 26=115 mrs.
         En el Cabildo celebrado en la ermita de Santo Domingo de Hinojosa y Belalcázar del 29 de febrero de 1588 por orden del Reino se acuerda repartir y levantar una compañía de 300 hombres en este Condado, [de Belalcázar] y Estado de Capilla[Capilla, Peñalsordo]Reinaba en España Felipe II.
Esta compañía se recibió en Granada el 22 de abril de 1657 como Tercio al Sueldo Real en la Villade Belalcázar (Córdoba).En la villa de Belalcázar pasó su primera revista y se nombró para su mando al maestre de campo don Sebastián Graneros de Alarcón tomando la denominación de Tercio del Casco de Granada. (Servicio Histórico Militar de España, Lamina IX, Tomo III)
Con el nombre de Regimiento de Infantería de Granada nº 34, tenía su sede, en 1988, en el municipio almeriense de Viator, estando a su mando el Capitán, D. Ignacio Riera Martínez, al que conocí personalmente en visita que hizo a Belalcázar por conocer el origen de este Regimiento de su mando y saludar a su pariente, Emiliano Castellano Obrero (El Sastre).El Capitán, muy amablemente, me entregó una Memoria del Regimiento y me manifestó la disposición de su banda de música para tocar, desinteresadamente, en las procesiones de Semana Santa siempre que el Ayuntamiento o alguna de las cofradías cursaran la invitación. Por mi parte, informé de la propuesta a los interesados.
         Santo Domingo de Guzmán nació en la provincia de Burgos, fundó la Orden de Predicadores, Dominicos, e instituyó la devoción del Santo Rosario.
En 1205 por encargo del rey Alfonso VIII de Castilla, acompañó al obispo de Osma, como embajador extraordinario, para concertar en la corte danesa las bodas del príncipe Fernando.
Murió el 6 de agosto 1221.
         La romería del traslado de imagen de Santo Domingo desde su ermita hastala parroquia de la Caridad, Hinojosa, se celebra el primer sábado de Junio.
La romería del traslado de la imagen de Santo Domingo desde la parroquia hasta su ermita se celebrael primer domingo de octubre.


Ermita de Santo Domingo, puerta norte o de Belalcázar.


Ermita de Santo Domingo, interior.

         ERMITA DE CONSOLACIÓN

Sobre la ermita de Ntra. Sra. de Consolación, Belalcázar, se ha escrito mucho, años atrás, en esta Revista por lo que, ahora, me limitaré a señalar algunas semejanzas y diferencias con las otras tres de Hinojosa.
         Como las otras, se construyó en terrenos de una antigua dehesa, la de Valbellido,  en época medieval, a finales del siglo XIII o principios del XIV.
En el siglo XV ya se acometieron reformas de ampliación con cierto lujo decorativo en el presbiterio, arquería lateral izquierda y pinturas góticas de las dos capillas laterales.
También, fue lugar de reunión de los Concejos de las villas del Condado, cuando tenían su término en común: consta que el 23 de julio de 1472 se reunieron para redactar ordenanzas que regularan el aprovechamiento mancomunado de pastos.
El ábside del presbiterio está cubierto con bóveda de crucería simple terminada en cuatro ménsulas o basamentos de tipo gótico, abriéndose a la nave central con un gran arco ojival: todo esto es de granito.
Este ábside es igual que el de la ermita de San Benito.
         Algunas diferencias con las otras son: consta de tres naves con arquerías de granito; sus fachadas, exceptuando la del ábside, están rodeadas de soportales; tiene antiguo cementerio adjunto a la fachada sur.
         Su festividad religiosa, como en tiempos antiguos, sigue celebrándose el 8 de septiembre con traslado, en romería, de la imagen de la Virgen desde la parroquia hasta su ermita.
Desde mediados del siglo XX, el día 15 de agosto se traslada, también en romería, la imagen de Ntra. Sra. de Consolación desde la ermita a la parroquia de Santiago el Mayor.
Permanece la tradición de celebrar, durante los sábados de marzo, actos religiosos en la ermita y la de hacer la vela.
La imagen de Consolación siempre fue muy venerada, también, por los hinojoseños.

         ERMITA DE SAN SERVÁN.

         Esta ermita, en la actualidad desaparecida, se edificó en terrenos de la dehesa de la Gutierra, hoy término de Hinojosa. Estuvo ubicada a poco más de 100 m, a la derecha de la carretera de Belalcázar a Valsequillo, km. nº  7; concretamente, en el picón de tierra formado entre esta carretera, el camino llamado de la Estación, que viene desde Hinojosa, hoy titulado Camino de Santiago, y el arroyo que baja hacia la carretera: este picón de terreno siempre se llamó y sigue llamándose, de San Serván.
 En sus cercanías hay restos arqueológicos de primitivas civilizaciones.
         Poco sabemos de esta ermita. Debió derrumbarse bastante pronto porque ya no la menciona, don L .Mª. Ramírez y las Casas Deza, en su relación de ermitas de Hinojosa y Belalcázar.
         Emilio Cabrera Muñoz enEl Condado de Belalcázar (pág. 230, nota) dice que en las cercanías de la aldea de la Gutierra se encontraba la ermita de San Serván, cuyas ruinas fueron demolidas hacia 1942. Por otra parte,parece que por ese año y sucesivos, los propietarios de la finca fueron retirando escombros de la ermita para facilitar labores de arado.
En la misma obra citada, página 358, en el correspondiente libro de cuentas del Concejo de Hinojosa se refleja, para el año 1422-23, la cantidad de 96 maravedíes como gastos que se hicieron en las rogativas pidiendo aguas hasta las ermitas de San Benito y San Serván.
         No creo aventurado suponer que, en lo referente a características y fecha de construcción, la ermita de San Serván tuviera las mismas que sus próximas vecinas de Consolación y San Benito.
         San Serván o Servando, nombre que significa, el que guarda, era un militar oriundo de Emérita Augusta. Fue martirizado en San Fernando, Cádiz, año 305. Las primeras manifestaciones de su culto aparecen en tierras de Andalucía y Extremadura, según inscripciones de los años 662 y 674.
Su festividad se celebra el 23 de octubre; es patrón de Cádiz, San Fernando y Mérida.


Ubicación de la ermita de San Serván.

ERMITA DE SAN BENITO ABAD.

         Se halla construida en terrenos de la dehesa de la Jarilla, que perteneció a propios de Hinojosa y Belalcázar, siendoroturada y legitimados sus propietarios según ley de 1868. (P. Torres Márquez.)
         Esta ermita es citada por el rey Alfonso XI, a principios del siglo XIV, en su Libro de Monterías.
         Desde Belalcázar se llega siguiendo el camino de la Atalaya y continuando por el de la Urbaneja -dehesa colindante con la de la Jarilla-cuyo último tramo va junto a la margen derecha del arroyo de la Jarilla, en Hinojosa llamado del Cohete.La distancia aproximada es de 11 km. Era este, también, el camino que seguían los trabajadores para ir desde Belalcázar la dehesa de Mataborracha.
También, desde Belalcázar, se puede llegar a esta ermita por la carretera de Valsequillo desviándose a la izquierda a la altura aproximada de km. nº 9, para seguir por el camino-cordel que conduce a la ermita.
         La ermita de San Benito es de estilo gótico, siglo XIV; consta de una sola nave con arcos ojivales de ladrillo.
         El ábside del presbiterio es de planta cuadrada, cubierto con bóveda de crucería simple terminada en basamentos de tipo gótico; un gran arco ojival de granito abre el presbiterio al espacio de la nave.
         Este presbiterio presenta las mismas características arquitectónicas que el de su cercana ermita de Consolación, distante unos 6 km: esta coincidencia de características arquitectónicas lleva a pensar que ambos presbiterios se construyeron por las mismas fechas y por los mismos autores.
         La techumbre de la ermita es a dos aguas con sencilla tablazón de madera. Al  exterior, en el centro del frontón de su fachada, se abren la puerta principal con arco ojival de granito y una elevada ventana de arco de medio punto liso y encalado; sobre estos dos vanos, en la cima del muro, está el campanario.
         Por el año 2007 se realizaron importantes obras de reparación y acondicionamiento por medio de una Escuela Taller.
         San Benito Abad nació en Nursia, año 480; murió el 21 de marzo de 547, en Montecasino. Fundó la Orden de los Benedictinos. Es considerado patrón de Europa, venerado  por la Iglesia Católica y por la Iglesia Ortodoxa.
         La romería del traslado de la imagen de San Benito desdesu ermita hasta la parroquiade San Juan, Hinojosa,se celebra el domingo siguiente al domingo de Resurrección.
         La romería del traslado de la imagen de San Benito desde la parroquia hasta su ermita se celebra elúltimo domingo de septiembre.

         Distancias de cada una de las cuatro ermitas aBelalcázar: Consolación-Belalcázar, 5km; San Serván-Belalcázar, 7 km; San Benito-Belalcázar, 11 km; Santo Domingo-Belalcázar, 7 km.        
         Distancias de cada una de las cuatro ermitasaHinojosa: Santo Domingo-Hinojosa, 4 km; San Benito-Hinojosa, 9 km; San Serván-Hinojosa, 9,5 km; Consolación-Hinojosa, 9 km.


Senderistas de Belalcázarante el presbiterio de San Benito, en ruta que el 7/04/2014 hicieron entre las ermitas de Consolación-San Benito-Consolación. Total recorrido, 12 km.
                                         


Los mismos senderistas ante la puerta principal de la ermita de San Benito.

 HISTORIA DEL REGIMIENTO GRANADA 34 (Pica en la imagen para verlo)



Belalcázar, 13 de junio de 2014.
Claudio Rodríguez.

ENCINA DE LA ÚLTIMA LOBA DE CUBILLANA.


Cuatro belalcazareños y un villaduquense, que desde niños vivieron en el campo, me proporcionaron  información contándome algunas de sus experiencias sobre lobos y ganados de las que extraje, como de mayor interés, las que aquí se ofrecen.
Aunque ya se encuentra exterminado de nuestros campos, el lobo fue siempre la más acuciante preocupación de los pastores en el cuidado y guarda de sus rebaños, obligándoles  pasar la noche junto al redil.
Dormían en la chozuela, habitáculo portátil para dos personas que los mismos pastores se construían y lo reparaban si el continuo deterioro lo requería.
La chozuela se montaba sobre un armazón de palos entretejidos con cañas de centeno, juncos o ramas, su techo era abovedado para escurrir el agua de la lluvia; se asentaba sobre cuatro patas que lo elevaban unos quince centímetros aislándolo de la humedad del suelo. Los varales laterales se prolongaban en los extremos para servir de asidero en los traslados manuales.
Los dos pastores designados para dormir en la chozuela eran un zagal y un motril, obligándose a los solteros antes que a los casados.
Si durante la noche se oía que los lobos rondaban la majada, los dos pastores salían de la chozuela azuzando a los mastines y dando gritos para ahuyentarlos; cuando la situación se prolongaba por insistencia de los lobos, se encendía la luz de un candil, farol o linterna y se armaban con el  chuzo, que siempre estaba en la chozuela al alcance de la mano. El chuzo se componía de una vara larga terminada en hoja de lanza, cuchilla o cualquier otra variedad de punta metálica afilada.

Pedro Soto, nacido en 1932, ejerció como principales oficios los de hortelano y pastor.
Cuenta que siendo adolescente, de doce o trece años, un día en el que estaba  recogiendo leña de encina por Cogollalta, observó cómo el burro, que llevaba para la carga, comenzó a inquietarse, a ponerse rígido, tembloroso, resoplar y manotear. Extrañado miraba al burro cuando de repente pasó corriendo, muy cerca de él, un enorme lobo que saltó la pared de la valla de la Colada perseguido por dos mastines. Pedro sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo y le puso los pelos de punta.
Conoció varios ataques de lobos: en una lobada, por Consolación, las ovejas rompieron la malla del redil y se dispersaron por el contorno pero muchas quedaron muertas a dentelladas dentro del redil.
Recuerda cómo por el Torozo, Sierra Trapera, los lobos en pleno día seguían, a cierta distancia, detrás de carros, bestias y personas que transitaban por los caminos.

 Andrés Torrero nació en 1941, trabajó en varios oficios pero en el que más, en el de pastor.
Los distintos rebaños que apacentó sufrieron, en ocasiones, ataques de lobos.
Tenía unos ocho años cuando, por primera vez, vio un lobo. Estaba con su abuelo  al cuidado del rebaño, era durante la comida del mediodía. Andrés se alejó un poco para ver lo que le pareció una pelea de perros y volvió para explicar a su abuelo lo que había visto. Lo que estaba ocurriendo es que un lobo se llevaba un cordero en la boca y el mastín se lo impedía. El lobo consiguió escapar llevándose el cordero y en su persecución corrió el perro. El mastín regresó al día siguiente, rendido de cansancio y cubierto de heridas. Ocurrió en las Jarillas que actualmente son de Antonio.
En una lobada nocturna le mataron, por Cachiporro, siete ovejas: el lobo mata ovejas sin parar aunque no se las pueda comer.
Para defender el rebaño siempre tenían buenos mastines y como los lobos atacan en manada, dice que eran los mastines macho los que salían corriendo en persecución de los lobos mientras que las hembras permanecían ladrando  sin parar de dar vueltas al redil en prevención de otros ataques.

Ignacio García Hidalgo nació en 1944, siempre fue pastor.
Sobre lobos recuerda su primera experiencia de cuando solo tenía ocho años de edad.
Fue en Alcornoquejo, Valle de Alcudia.
Tenían cuatro carneros churros apartados del rebaño para que su lana resultara de mejor calidad y se mantuviera más limpia hasta el día del esquileo, la reservaban para rellenar colchones. Un anochecer vino una loba y se llevó uno de los cuatro carneros: se lo llevó vivo, mordido por la piel  del cuello, corriendo y hostigándolo con su cola. Unos hombres que lo vieron salieron en su persecución sin poder evitar que se la loba se internara en la espesura del monte y se perdiera de vista porque ya se hizo de noche. A primeras horas de la mañana siguiente unos pastores salieron en busca del carnero robado pero solo encontraron, entre una espesura de chaparros, restos de lana y pequeños despojos del carnero churro.
La astucia de la loba aprovechó un descuido de los pastores y la hora del anochecer para llevar alimento a sus lobeznos, ya crecidos y hambrientos, que esperaban ocultos entre el monte.
Los hombres comentaban que las lobas de cría acostumbran a llevar algún animal vivo a su camada para enseñar a sus cachorros a matar y comer.
También atacaban mucho a los cochinos, a los que muerden por las nalgas. En Cerrillo de las Cabras, a la hora de la salida del sol, dos lobos atacaron a unos cochinos que estaban en la era comiendo las granzas que resultan de la trilla y limpia del grano; mordieron a un cochino por las nalgas pero  consiguieron rescatarlo y ahuyentar a la pareja de lobos.
En Cerrillo Verde, también de Alcudia, los lobos se llevaron un chivo: se lo llevaron vivo y corriendo, mordido del cogote.
En Morras de Navalpando, Valle de Alcudia, los lobos atacaban tanto que, por las noches, había que encerrar el ganado. La táctica de los lobos era la de acercarse al rebaño y salir corriendo para que los mastines les siguieran y quedara desprotegido el rebaño, momento que aprovechaban otros lobos de la misma manada para atacar al ganado.
En las noches de lluvia y ventisca eran muy frecuentes los ataques de lobos, se acercaban con el aire en contra para no ser advertidos.
Cuando los pastores ya percibían que ni con la luz del farol o la linterna, ni con los perros y el chuzo, conseguían alejar la manada de lobos lanzaban cohetes, que con sus estallidos y resplandores en la noche los hacían huir.
Los lobos también devoraban a los perros carea que se descuidaban, devoraron, también, a una mastina que, sola, se alejó demasiado en su persecución; los pollinos sueltos eran presa fácil. Aunque las vacas defienden con ahínco a  sus crías los lobos consiguen llevarse algún ternero. Eran los rebaños de cabras, por apacentarse en el monte, los que más ataques sufrían. No tiene noticias de ataques de lobos a las personas.
Para exterminar al lobo se daban batidas de cazadores. En ocasiones, cuando se conseguía matar algún lobo, se rellenaba su cuerpo de paja y así lo paseaban en un carro o en un burro, por los pueblos de la comarca: los vecinos salían a verlo y gratificaban con algún dinero por eliminar al mayor enemigo de sus ganados.
Era ésta una costumbre ancestral: Emilio Cabrera Muñoz en su obra, El Condado de Belalcázar (páginas  356-59) cita como  gastos del Concejo de Hinojosa  entre los años de 1419-1426 partidas de 84, 90, 246, 54, 180, 120 y 120 maravedíes  a varios vecinos por capturar lobos y camadas de lobeznos.

Santiago, de Villanueva del Duque, nacido sobre 1937, con quien tuve ocasión de compartir asiento de autobús en viaje a Córdoba, me contó que sufrió varias lobadas en las que quedan muchas ovejas muertas. Dice que los lobos matan, también a los burros, a los que muerden por las nalgas y después se entregan sin apenas resistencia; no así los mulos y caballos que se defienden bien. También sufrió lobadas en su piara de cochinos durante los días de montanera.
Santiago tenía su cortijo al pie del Cerro del Sordo, que se ve a la derecha de la carretera que va a Córdoba.

Manuel García Fernández dice que nació en un chozo en 1920. Explica que en una ganadería solía haber un pastor por cada doscientas ovejas y distintas categorías entre pastores, siendo el mayoral quien se encargaba de la paridera, bajo el mayoral, aunque con trabajo semejante, estaba el zagal; por debajo de éstos quedaba el motril, que solía ser un joven aprendiz encargado de las horras u ovejas que no crían y de los recados.
Dice, como los anteriores, que los lobos atacaban a toda clase ganados, no solo a los rebaños de ovejas y cabras o piaras de cochinos, también atacaban a terneros, pollinos, perros de carea y algún mastín que se alejara demasiado en la persecución pero que no tiene noticias de ataques a personas.
         En una ocasión, en el Valle de Alcudia, cuando ya era noche cerrada y regresaba de celebrar  la festividad de Todos los Santos visitando chozos de los otros pastores de la misma finca, oyó, muy cerca de sí, un castañear de dientes entre la oscuridad. En un principio pensó que su mastín, Tremendo, que tenía por costumbre castañear los dientes, salía a recibirlo: se le pusieron los pelos de punta al comprobar que no era su fiel perro sino un lobo amenazador quien castañeaba sus dientes intimidantes cortándole el paso de la vereda por la que transitaba. Manuel, entonces, encendió su linterna y amenazando al lobo con gritos y la garrota en alto consiguió que el lobo huyera.
         En otra ocasión, cuando aún vivía su padre, se acercaron los dos al redil por haber sentido el ruido de una espantada de ovejas y descubrieron un boquete en la parte baja de la red. Entonces llamó a su mastín, Escucha, que al momento se puso en carrera hasta alcanzar a un lobo que en el arroyo se estaba comiendo una oveja sacada del redil.
         A su padre le ocurrió que, una noche cuando por el campo regresaba a su chozo, oyó el tintineo de una cencerrilla, quiso saber de dónde procedía el sonido y se topó de cara con una loba que al trote conducía una chivita mordida por la carrillera. Al ver esto empuñó su garrota y con gritos amenazó a la loba, ésta huyó dejando libre a la chivita que, dando muestras de agradecimiento, vino a refugiarse a su lado.
No sabiendo a quién pertenecía la chivita la incorporó a su rebaño. Al verano siguiente, como  de costumbre, condujeron el rebaño de merinas a pastar en los agostaderos de la campiña cordobesa y su vecino de agostadero le contó cómo una loba le robó una chivita a la que tenía mucho aprecio: comprobadas las marcas entregó la cabra a su legítimo dueño.

 Antonio Gómez Torrico nació en enero de 1933, pasó toda su vida en Cubillana y muchas veces se encontró con los lobos.
         Siendo joven, estaba, una mañana, cortando adelfas para hacer támaras de atar gavillas en la cañada que actualmente ocupa el pantanillo de Cogollalta, de doña Rosa Montero, cuando la perrilla que siempre le acompañaba descubrió, ocultos entre las adelfas, una pareja de lobos que con la cabeza en alto chasqueaban sus dientes. Un escalofrío recorrió, de pronto, todo su cuerpo pero los lobos huyeron al verle empuñar la herramienta de trabajo y los ladridos de su perra.
         Otra vez cuando, ya de noche, venía de regreso  a casa en compañía de Manolo, su vecino de cortijo, se encontraron con un lobo sentado en medio del camino delante de ellos: los dos, al momento, se agarraron de la mano pero enseguida reaccionaron dando voces y lanzando piedras logrando que el lobo huyera.
         Estando en la era, atareado en terminar la faena del día, se le hizo de noche. Al oír un ruido de arrastre, como ya no se veía tuvo que acercarse al lugar del ruido para comprobar lo que estaba pasando. Antonio se vio de frente, a tres metros de distancia, con un lobo que le miraba fijamente con ojos relucientes: el ruido lo hacía el pollino que arrastraba el palo de amontonar la parva trillada, a la que estaba atado, por alejarse del lobo que sigilosamente le estaba acosando. El lobo huyó al verse descubierto.
Dice que con frecuencia se dejaba oír el aullido del lobo en distintos puntos, muchas veces al atardecer y al amanecer, y que son varias las ocasiones en las que, andando por veredas, se encontró de frente con algún lobo; una vez tuvo que retroceder porque el lobo se mostraba firme, desafiante y amenazador.
         La última loba que se dejó ver por Cubillana fue la que mataron bajo el tronco de una vieja encina que está muy cerca de la fuente de la Ventilla, de Pedroche.
         Esto ocurrió por los días de Pascua Florida, en la primavera de, poco más o menos,  1957. Eran las diez de la mañana cuando los perros levantaron una loba que se ocultaba entre un cañaveral que hay en el  Lagar de María Miguel, cerca de la Fuente del Duque, en Cubillana.
Unas mujeres, al oír los excitados y fuertes ladridos de perros, salieron de la casa y vieron pasar, cerca de ellas, una loba que corría perseguida por los perros enfurecidos. Las mujeres dieron gritos de alarma para que acudieran los hombres que, a esas horas, ya se ocupaban en labores del campo.
La loba perseguida bajó por la cañada de María Miguel hasta los Rasos de Ventosilla y  cruzando la Colada subió para ocultarse entre las encinas del Combo.
Era una vieja loba solitaria que ya se había dejado ver merodeando por los encinares de Cogollalta.
La loba, en mortal persecución de perros agresivos y hombres armados con herramientas de trabajo, terminó refugiándose bajo el tronco hueco y retorcido de una gran encina que hay junto al manantial de la fuente de la Ventilla de Pedroche.
Esta vetusta encina, que en tiempos abatiera el temporal, impresiona por su lisiada majestuosidad y deforme corpulencia. Su tronco, robusto y hueco, se retuerce como reptando para salvar una leve depresión que, junto a su pie, forma la incipiente cañada. Superando su deformidad, consiguió dotarse de frondosa copa que cada año ofrece abundantes bellotas de buen tamaño y agradable sabor.
La fuente de la Ventilla mana del  adjunto crestón de cuarzo donde los romanos excavaron la mina de cobre; el agua del manantial se conduce unos metros bajo tierra hasta una alargada pila granítica sobre la que vierte el chorro de un tubo metálico.
Bajo esta encina y junto a esta fuente vino a refugiarse la loba perseguida.
Aculada, con la espalda cubierta por el tronco de la vieja encina, se defendió a dentelladas hasta su muerte: entre Luis el Jalo y Alfonso el Tierno la remataron.
Dicen que estaba preñada, con dos lobeznos en su vientre más la comida de un borrego, pesadez que facilitó su caza, y que nunca más, hasta nuestros días, volvieron a verse lobos por todo aquel entorno.


Tronco de la vieja encina retorcida, de la fuente de la Ventilla de Pedroche, Belalcázar, donde vino a refugiarse la última loba de Cubillana.

Belalcázar, a 23 de marzo de 2014.
Claudio Rodríguez.



ERMITA DE SANTA MARINA DE BELALCÁZAR

         Las primeras noticias que tuve sobre vestigios de la primitiva ermita de Santa Marina de Belalcázar me llegaron de José López Muñoz cuando yo iba a la huerta de Santa Marina a comprar membrillos y granadas. José, de avanzada edad, se encargaba de cultivar esta huerta, propiedad de un pariente suyo residente en otro lugar. La huerta se halla al norte, a un kilómetro de Belalcázar: hoy queda entre las carreteras vieja y nueva de Cabeza del Buey. Aunque José vivía en el Marrubial pasaba muchos días en la casilla de la huerta, recorriéndose a pie la distancia de ida y vuelta.
         Algunos años, por los años 90, una tarde de mediados de octubre me acercaba yo a la huerta, en cuya casilla José almacenaba cestas colmadas de esos frutos otoñales recolectados día a día según alcanzaban su punto óptimo de maduración. Siempre pasábamos un rato de conversación, él sentado en el poyete de la puerta y yo en una silla de eneas que me sacaba. Con el sosiego de la tarde me narraba acontecimientos de sus años vividos y cosas que yo desconocía de nuestro pueblo. Así me refirió que en la parte baja de la huerta había, desde tiempos antiguos, la imagen de piedra, de unos 50 cm de altura, de una santa que rompieron al inicio de la Guerra Civil. Sabía quiénes fueron los autores porque alguno de ellos, pasada la contienda, volvió al lugar y habló con José: los causantes del destrozo eran forasteros. Me dijo que él sabía también dónde estaban los pedazos de la imagen destruida y su pedestal pero yo nunca le pedí que me los mostrara.
         Rafael López Monge ha publicado el presente año, en su blog BELALCÁZAR, la copia del original con su transcripción literal de un pergamino manuscrito fechado en Gahete el tres de mayo de 1402. El pergamino dice:
         Patrones son los Alcaldes Regidores Oficiales desta villa de Gahete Castrello de la muy noble ciudad de Cordoba de las hermitas de Nuestra Señora de Gracia de la Alcantarilla y de el Castrello y de Santa Marina e San Yldefonso y de Consolación e de San Pedro e Santiago e San Sebastián e principalmente de la Yglesia del Señor Santiago desde la fundación de dichas Yglesias como consta de el nombramiento que esta en el area antigua desta villa y desde el año pasado de mill y trescientos y nobenta y nuebe son Patrones de el Ospital de San Antonio desta Villa y de todas las tierras Eclesiasticas de ella e de capítulos e obras pias e de las guertas molinos y texares desta villa desde su fundación y esta Razon saque a pedimiento de Francisco Quadrado Mayo e Gonzalo Quadrado Mayo e Bartolome de Medina Francisco Bravo e Antonio Palomo, fundadores de el dicho Ospital.
Su fecha en Gahete a tres dia de mayo Era de mill e quatrocientos e dos años.
         Siguen los nombres de los testigos y del escribano.
         Don Ángel Delgado Delgado, en sus Apuntes para la Geografía é Historia de la Beturia de los Túrdulos, publicado en Almanaque del Diario de Córdoba, también hace referencia a este pergamino en los siguientes términos  …  para que se ratificase su Patronato sobre Iglesias, Ermitas y santuarios, etc, como lo tenian de derecho desde 1399, en pergamino que se conserva en el Archivo Municipal, tomo ya citado, en letra redonda italiana, muy legible…
         Este pergamino se halla, actualmente, en el Archivo Parroquial de Belalcázar donde lo entregó una feligresa, le falta la primera de sus dos mitades que está perdida, parece que estuvo sirviendo de forro de un libro.
         Manuel Rubio Capilla también hace referencia a este pergamino en su libro, VIRGEN DE LA ALCANTARILLA: SU HISTORIA, pero lo transcribe como Santa María en lugar de Santa Marina.      Como se lee en el pergamino, la segunda ermita de Gahete relacionada es la de Santa Marina.
         La fecha de construcción y elección de la titular de esta primitiva ermita de Santa Marina de Belalcázar bien pueden estar relacionadas con la devoción que esta santa gallega infundía en tiempos del Rey San Fernando, Fernando III de Castilla 1199-1252, quien mandó construir la iglesia de Santa Marina de las Aguas Santas en la ciudad de Córdoba y la parroquia de Santa Marina en Sevilla. Santa Marina de las Aguas Santas también es Patrona de Fernán Núñez, Córdoba, y su culto data del año 1383. La localidad leonesa de Santa Marina del Rey tiene igualmente como titular de su parroquia a Santa Marina, y sus primeras noticias se relacionan con el rey, Fernando II de León, 1137-88.
         La ermita de Santa Marina de Belalcázar puede que también se construyera a finales del siglo XIII o principios del XIV cuando las de La Alcantarilla y Consolación pero debió derrumbarse  bastante pronto y perderse su memoria ya que D. Luis Mª Ramírez y las Casas Deza, 1802-1874, ya no la cita. Recordaremos que las ermitas de Belalcázar citadas por don Luis Mª Ramírez son: Ntra. Sra. de Gracia de la Alcantarilla, Consolación, San Sebastián, San Antonio Abad, Santa Bárbara, San Pedro, San Ildefonso, Ntra. Sra. de la Paz en la aldea de La Gutierra, Ntra. Sra. del Castillo y la capilla del Hospital de San Antonio de Padua construido entre 1398 y 1454.
         Como vestigios de la ermita medieval de Santa Marina de Gahete nos quedan, en la actualidad, el nombre de la Huerta de Santa Marina donde se ubicaba la ermita, un pedestal de granito que sostenía la imagen de mármol de Santa Marina, fragmentos de mármol de esta imagen y la información oral que nos transmiten las personas de mayor edad, sobrevivientes aún, que vieron esta imagen sobre el pedestal cobijados por un arco de ladrillos rojos.
El pedestal de granito tiene forma circular y cara superior lisa, de 1,28 m. de diámetro, en cuyo centro hay un hueco, de forma cúbica, con 28 cm de lado, donde se anclaba la imagen; su cara inferior disminuye en forma cónica por debajo de los primeros 30 cm. lisos sin que pueda verse su final por permanecer enterrado.
         No parece, sin embargo, que ni el pedestal ni la imagen de mármol pertenecieran a la primitiva ermita medieval, su trabajo de cantería aparenta ser de finales del siglo XIX o principios del XX. Puede que alguien, respetuoso con el lugar donde estuvo la ermita y devoto de Santa Marina, lo construyera como permanente recuerdo.
         La huerta de Santa Marina disponía de manantial abundante de agua de pie que llenaba dos albercas preparadas para el riego y para lavar la ropa, como se acostumbraba hace años, cuando llegaba el estiaje de arroyos y cañadas.
         La construcción de la nueva carretera, después del año 2000, dividió la huerta en dos partes desiguales, afectó a la distribución del terreno de cultivo, arrancó viejos árboles frutales, destruyó el viejo pozo, aunque se construyó otro, y las dos albercas antiguas alterando el curso de la cañada. Permanecen su vieja casilla de piedra malagoniza, pizarra, y su horno de cocer pan.

                                  Claudio Rodríguez. Belalcázar, 1 de julio de 2013.


Pergamino original fechado en Gahete a 3 de mayo de 1402. Fotografía de Rafael López Monge.


Transcripción literal del pergamino.


Fragmento de mármol encontrado, en junio de 2013, perteneciente a la destruída imagen que hubo en la Huerta de Santa Marina. Fotografía de Rafael López Monge.


Pedestal monolítico de granito que sostenía la imagen de Santa Marina.


SOBRE LAS DESAPARECIDAS ERMITAS DE SANTA BÁRBARA, SAN PEDRO Y SAN ILDEFONSO QUE HUBO EN BELALCÁZAR.

A finales del verano de 2008, durante la realización de unas obras de reforma en el local número 6, calle Miguel de Cervantes, popularmente conocida como Calle Nueva, apareció el plinto de una basa de columna que permaneció, algunos días, sobre la acera de su calle donde se la pudo ver y fotografiar.
El plinto es de granito y, por el aspecto, denota ser de antiguo labrado; sus artísticas labores de cantería hacen sospechar que formó parte de algún edificio importante. Presenta algunos desconchones causados, posiblemente, por repetidos traslados de lugar.
Los operarios que realizaban las obras me dijeron que había otra basa igual en el interior de la casa. Y que, formando parte de unos cimientos antiguos y hondos, descubrieron otra pieza ovalada de granito, tambor, como las que forman parte de las columnas de la ermita de Consolación y de la portería de Santa Clara y que la dejaron enterrada, como estaba, en el mismo sitio.
Una maestra que, por los años de 1960, impartió clases de enseñanza primaria en las llamadas Escuelas del Patronato, me aseguró que esas dos basas mencionadas estaban colocadas en el patio, una en cada lado del inicio de la escalera por la que se ascendía a las aulas.
El local referido era, antes de la Guerra Civil, un corralón con portón de entrada por la calle Nueva; perteneció a don Dionisio Morillo-Velarde Trucios, quien lo utilizaba como cochera, habiendo también una pequeña vivienda para el chofer. El corralón lo heredó su hija doña Carlota Morillo-Velarde Caballero quien, por el año de 1952, lo cedió al patronato de san Alberto Magno, del obispado de Córdoba, después de haber construido en él tres aulas de enseñanza primaria. Aproximadamente por el año 1967 el patronato dejó de hacerse cargo de estas aulas y los alumnos se integraron la enseñanza pública. Al dejar de cumplirse las condiciones acordadas por las que el local se cedía al obispado, doña Carlota vendió el corralón con sus aulas.
D. Luis María Ramírez y las Casas Deza escribió, hacia el año de 1840, refiriéndose a Belalcázar, lo siguiente: Sus vecinos son 897 y 3301 habitantes, mas en lo antiguo tuvo mayor población, pues algunas calles que existieron en otro tiempo en la parte de oriente, [debería decir occidente] en el día están destruidas, entre las que se encuentran la llamada de Bonilla, la de la Puentevieja, la del cerro de Santa Bárbara, donde hubo una ermita dedicada a esta santa; la de san Ildefonso, la del Chorrillo, las callejas del Agua, etc. cuya despoblación se atribuye a una peste, acaso la que se padeció en 1649 y 50 ...
Dos páginas más adelante sigue diciendo: En esta parroquia se conservan las imágenes de algunas ermitas que se han arruinado, y de las aldeas que en lo antiguo existieron sujetas a esta villa: tales son Ntra. Sra. de la Paz que estaba en la aldea llamada la Gutierra: Ntra. Sra. del Castillo, así titulada por haber pertenecido a la ermita inmediata a la fortaleza que fue iglesia de Villacerrada: y San Pedro y San Ildefonso que correspondieron a las ermitas dedicadas a estos santos y estuvieron en los ruedos de esta población.
El corralón antes referido se halla en el bloque de casas comprendidas entre la calle Nueva o Miguel de Cervantes y su paralela, calle de Santa Bárbara, que sube hasta el cerro llamado, también, de Santa Bárbara. Estos topónimos y las piezas de granito labrado halladas en el corralón dan pie para identificarlo como el solar donde estuvo edificada la derrumbada y desaparecida ermita de Santa Bárbara.
Observando y comparando esta basa de columna y tambor, que debieron formar parte de la ermita de Santa Bárbara, se advierte que son iguales que las piezas componentes de las columnas ovaladas que sostienen los arcos del lado izquierdo de la nave central de la ermita de Consolación, e iguales, también, que las columnas que sostienen los arcos de la portería de Santa Clara.
Estas coincidentes características permiten afirmar que esa arcada de la ermita de Consolación y la de la portería de Santa Clara, ambas correspondientes a reformas, pertenecen a una misma fecha de construcción, y que la ermita de Santa Bárbara se edificó siguiendo este mismo modelo y por las mismas o muy aproximadas fechas
El doctor Juan Andrés Molinero Merchán, en su libro El Convento de Santa Clara de la Columna de Belalcázar (2007) (aún sin publicar), dice que la fecha en que se construyó el claustro de la portería de Santa Clara es necesariamente posterior a 1483, año en que murió doña Elvira de Zúñiga. Según esto, por aproximación y redondeando números, se podría fechar en 1490 la edificación de la ermita de Santa Bárbara.
Don Luis Mª Ramírez cita también la ermita de San Pedro diciendo que estuvo en los ruedos de la población de Belalcázar. Se ha perdido, por completo, la memoria de esta ermita permaneciendo, sin embargo, los topónimos de plaza de San Pedro, calle de San Pedro, arroyo de San Pedro, puente de San Pedro y polígono parcelario de San Pedro.
Metido en averiguaciones, este último topónimo me pareció ser un lugar verosímil donde pudo haber estado edificada la desaparecida ermita de San Pedro y recibir el nombre de Piedras de San Pedro, por contener las piedras o escombros a los que quedó reducida la ermita tras su derrumbe.
Siguiendo la pista y guiado por alguna información oral obtenida me acerqué un día al lugar de las Piedras de San Pedro y encontré una parcela, de unos 40 x 45 metros, (*) algo elevada sobre el terreno granítico circundante y rodeada de una muy deficiente pared de escasas piedras entre las que se ve algún desconchado sillar con adherencias de cal. La superficie de esta parcela rechaza los repetidos intentos de arada al estar compuesta de cascote de teja, pizarra, ladrillo, piedras sueltas y algún sillar granítico de mampostería semienterrado. En su entorno se han encontrado restos de tumbas y losas o placas de pizarra.
Esta parcela presenta grandes apariencias de corresponder al solar donde pudo haber estado edificada la referida ermita de San Pedro. Se halla ubicada a unos 150 metros, camino abajo, de la mesa donde descansa la imagen de la Virgen de la Alcantarilla, y apartada del camino unos 60 metros en dirección oeste.
De la ermita de San Idelfonso conocemos su ubicación por un documento de donación a Bartolomé Sánchez Rayo de Medina y Dª Isabel de Guevara de un molino harinero que estaba en la ribera del pilar por bajo de la alameda y de la ermita del Señor San Idelfonso.

(*) La fábrica de la ermita de Consolación tiene una superficie, aproximada, de 19 x 30 m, incluidos los soportales.

Belalcázar, 11 de febrero de 2009.
Claudio Rodríguez.


Las Piedras de San Pedro son los restos que permanecen de la antigua y derrumbada ermita de San Pedro que hubo en Belalcázar.


TÚMULO FUNERARIO PREHISTÓRICO DE LA COLADA.


Acompañando a Silverio Gutiérrez, director del museo de Villanueva de Córdoba y premio Juan Bernier de Arqueología, en una visita que el pasado otoño hizo a nuestro pueblo, me llevó a conocer un túmulo funerario prehistórico que hay en la Colada.
Los túmulos funerarios prehistóricos consistían, originariamente, en un montón de tierra o piedras levantado sobre una o varias tumbas. Muchos son de forma circular. Se construyeron durante el Neolìtico (Edad de la piedra pulimentada), y el Calcolítico (o del Cobre).  El Neolítico abarca del año 6.000 a.C. al 3.000 a. C.
Silverio dice que, de los más de cien túmulos y dólmenes que tiene registrados en Los Pedroches, éste es el único que se halla en una vía o terreno público y que la mayoría de ellos tienen una cronología que abarca todo el período Calcolítico (3.000-2.000 a. C.).
Según esta apreciación, al túmulo de La Colada se le puede atribuir una edad mínima de 4.000 años.
Los túmulos y dólmenes tienen funcionalidad funeraria pudiendo enterrarse en ellos uno o varios individuos que, con frecuencia, van acompañados de un ajuar compuesto de objetos de adorno de piedra pulimentada, como son: cuentas de collar y colgantes de calaíta de color verdeazulado, puntas de flecha y otros útiles de sílex o pedernal
Solían acompañarse, también, de algún objeto de cerámica cuyo tipo de decoración sirve para determinar su cronología y grupo cultural.
Este túmulo de la Colada tiene forma circular con 12 m de diámetro y ligera elevación cónica. Está compuesto de un montón de piedras de cuarzo blanco, muy abundantes en el entorno, de 20x25 cm. de tamaño medio aproximado. Ocupa su vértice una piedra de granito de forma irregular, que, con 65 cm de longitud por 25 de anchura, sobresale 50 cm. del suelo. Cerca de ésta hay, en la superficie, otra pieza granítica, de 47x27 cm, que pudiera ser un fragmento de la anterior.
Se encuentra en Cogolla Alta o Cogollalta, sobre una pequeña elevación del terreno que llaman, Cerro Colorado, por donde pasa la vía pecuaria de la Colada. El tránsito frecuente de ganados, vehículos y personas ha ido sorteando el túmulo de manera que se ha quedado como formando una isleta en medio del camino.
Su distancia con el pueblo es de 12, 8 kilómetros, contados desde la plaza del Ayuntamiento y pasando por el camino de la Mata, Torretejada  y camino de El Viso.
Nuestro Ayuntamiento lo señalizó, el pasado 17 de marzo, para evitar su deterioro y el grave e inminente peligro de desaparición que corre, colocando, en cada uno de los cuatro puntos cardinales, unos carteles que dicen: Túmulo funerario del Neolítico. Bien de interés cultural protegido. Ayuntamiento de Belalcázar.

                                                              23 del 12 de 2010.
                                                              Claudio Rodríguez.


ITINERARIO DE SENDERISMO A LA ESTACIÓN DE BELALCÁZAR

I . - ITINERARIO
Cuando vengáis a Belalcázar y queráis dar un paseo por el campo en  respuesta  la voz de la naturaleza que nos conduce al primitivo hábitat, donde aprendimos la bipedación, os propongo la ruta de la Estación de Belalcázar, cuyo nombre perpetúa y recuerda el proyecto de una estación de ferrocarril que debió construirse en nuestro pueblo.
         Esta ruta la hice, en compañía de la Asociación para la Defensa y Estudio del Medio en Los Pedroches “GUADAMATILLA”, el pasado 18 de abril. Cualquier época del año es buena para realizarla pero quizá la primavera sea la mejor de todas.
 El autobús nos dejó en la puerta de la finca, Las Mangadas, que se halla muy cerca del puente sobre el Zújar de la carretera de Cabeza del Buey. En ese punto arranca un camino que, bajando entre la sierra y el río, pasa cerca del castillo de Madroñiz y llega hasta la estación de Belalcázar. El mismo autobús nos recogió en la estación, al final del recorrido.
         Esta zona  se halla en el confín norte de la unidad biogeográfica de Los Pedroches, donde confluyen las provincias de Córdoba, Badajoz y Ciudad Real.
El primer tramo del recorrido, de unos 6 k., se hace por el camino de tierra que baja a través de la finca. Está flanqueado, a su derecha, por la vega y el río, y, a su izquierda, por los cerros de las Mangadas de 525 m. y Membrillo de 544 m. Cerca ya del castillo de Madroñiz, el camino cruza el río por un vado cementado y nivelado, de unos 40 m de longitud, y altura de la corriente, en esa fecha, de unos 12 cm. Quienes no llevábamos botas de agua lo pasamos descalzos. El vado termina en un área de extracción de arena, apropiada para hacer un descanso.
Desde aquí se accede a la carretera por el camino, de unos 150 m., que transitan  los camiones areneros.
El segundo tramo del recorrido, entre Vega Marcos y la Estación, de unos 5 k., se realiza por carretera. Esta carretera se abre entre el monte y el río, quedando el castillo de Madroñiz a la izquierda.
Los valores más representativos son: vegetación de ribera, monte mediterráneo,   avifauna acuática, hidrología, geología y arqueología.
De la gran variedad de plantas que se pueden ver, relacionaré sólo las más comunes o las que por estas fechas se hallan ya desarrolladas o en flor. De la fauna, me referiré sólo a los vertebrados cuya observación es posible en primavera.

II .- LOS CULTIVOS DE VEGA Y EL PASTIZAL.
Iniciado el recorrido en las Mangadas Altas, a  nuestra derecha se extiende la vega del río con exuberantes cultivos de verdes habas y ondulante cebada, cuyas espigas en ciernes no paran de hacer la ola a impulsos intermitentes del viento. A nuestra izquierda se alza la sierra de monte cerrado con predominio de la jara, acebuche y chaparro.
Cerca del camino se ve algún ejemplar de cardo hierbacuajo, con el que se elabora el exquisito queso de oveja merina, se ven también cardillos entallecidos y cardos de seta de cardo, o cardo eringio. A continuación de la vega y sus cultivos siguen las otras Hoyas de Madroñiz, donde predominan el pastizal y los rebaños de merinas.
Entramos cuidando dejar las puertas cerradas como estaban para que el ganado no se salga de la cerca. Los mastines, guardianes de las ovejas, nos ladran entre agresivos y temerosos. Al otro lado del río, en su margen derecha, queda El Mato donde pasta una vacada de reses bravas.
El suelo se nos presenta completamente alfombrado de verde con salpicaduras y manchones de colores; unas veces son las amapolas quienes emergiendo del verde pintan de rojo zonas de cultivo, otras, son los doblones quienes cubren de oro el sembrado. La argamula tiñe de morado amplias zonas de pastizal; desde lejos se observan rodales blancos de gamarzas y rabanetes. Entre la hierba hay salpicaduras amarillas de jaramagos, amargones, linarias, o cerrajas; azules de la lenguaza o chupamieles, salvia y campanillas; rosas del alfilerillo de pastor y silene; más rodales rosa del fragante salvadillo, y azul-púrpura del arvejón trepador; sobresalen en altura algunos cardos cuya flor, de color púrpura claro, semeja una brocha o pincel; sobresalen también algunos tallos de malvas en flor. En claros del camino crece el zurrón de pastor de florecillas blancas, la humilde correhuela, trepadora o rastrera,  nos sorprende  con su amplia flor embudada, elegante y sencilla. Cerca de las correhuelas tempranas hay una inhiesta tardía, ya con pocas flores, una  espinosa abulaga de incipiente floración y una común retama que florecerá más tarde: las tres son leguminosas de flores amarillas. Al lado del camino hay tallos verdes de hinojo, algunas matas de jugosas mielgas, otras de tiernas gatuñas aún sin espinas y otras de collejas con flores. En una pequeña vaguada se ve la aristoloquia ya con su fruto, lechuguetas y ajos porro entallecidos....
 Incontables flores salpican el pastizal donde abunda el llantén, el trébol y muchas gramíneas como la cebadilla silvestre, hordeum murinum, o popular zaragüelle, porque los gajos de sus espigas se adhieren a la ropa y al pelo de los animales; trigo silvestre, cuyo nombre es aegilops ovata; la briza máxima o cholas, por la forma de su espiga colgante; la deschampsia flexuosa, o cosquillitas y lavaplatos; el heno u holcus lanatus, poas, ballico, grama, avena loca.  ...

III.- VEGETACIÓN DE RIBERA.
La ribera del río, aunque con zonas degradadas por extracción de áridos, presenta franjas de bosque galería compuesto de fresnos, sauces, tarajes con  racimos de flores colgantes, adelfas, abundantes tamujos punzantes y zarzas; espinos o majuelos cuyas flores densas y blancas se utilizan, en nuestro pueblo, para tisanas como tila; rosales silvestres a casi un mes de su floración, aneas, carrizos. Sobresalen, de entre la maraña, la nueza blanca, Bryonia dioica, trepadora de color verde apagado con hojas palmeadas, sus frutos son bayas de color rojo y venenosas; la nueza negra, Tamus communis trepadora, con hojas acorazonadas de color verde oscuro lustroso: sus frutos  son, también, bayas rojas brillantes y venenosas; sobresalen de entre la vegetación algunas  esparragueras.  Cerca del agua hay ranúnculos de botón de oro, apio de agua, juncias, juncos, poleo, mastrancho, berros ... En aguas remansadas someras crecen los ranúnculos de flor blanca, y si el  remanso tiene cierta profundidad y condiciones, nenúfares de hermosa flor blanca flotante.

IV.-MONTE  MEDITERRÁNEO.
A medida que avanza el camino, la vega desaparece y el monte se acerca al río. Descubrimos un rodal de orquídeas  papilonáceas: las orquídeas son especialistas en polinización. El matorral ya bordea el camino ornamentándolo con ejemplares de la familia de las aromáticas, como el tomillo salsero de pequeña flor blanca, la mejorana, el cantueso o lavandula stoechas, cuya flor es una densa espiga oval rematada en penacho de brácteas grandes color púrpura pálidas, y el romero que florece en casi cualquier época del año. Nos detenemos a observar un grupo de jaras con grandes y arrugadas flores blancas, que se distinguen de las de su alrededor por no tener mancha en la base de cada pétalo; en el mismo arroyo de las jaras hay una vinca con flor de cinco pétalos aspados, que parece como escapada del jardín de un parque. Cistáceas como la jara, pero de menor tamaño, son también los jaguarzos y jarillas que bordean el camino. Cistácea es la tuberaria guttata, de la que venimos encontrando buenos rodales con sus flores amarillas de mancha oscura en el centro: a esta planta se le asocian las criadillas de tierra.  
El camino ha llegado al encuentro del río, y lo vadeamos. Sobre la arena fluvial amontonada permanecen aún, desde el verano pasado, ramas secas y cápsulas espinosas del venenoso estramonio.
Encontramos la carretera en  la recta de Vega Marcos donde advertimos la señalización de un oleoducto.
 La base del monte, con alturas de más de 500 m., marca las trayectorias del río, carretera y ferrocarril. La vegetación característica de monte mediterráneo se muestra aquí en su estado natural primitivo y hay proyectos de incluir estos lugares en la red de Parques Naturales del Futuro.
 De entre el jaral sobresalen encinas, acebuches y frondosos lentiscos.  Pasado el mojón kilométrico15, hallamos junto a la carretera, en suelo de canchal, el espacio de unos tres metros de radio donde crecen juntos el labiérnago, el distinguido mirto o arrayán, el correoso torvisco, y el todoverde rusco. En la estrecha franja que queda entre la carretera y el ferrocarril, vemos otro grupo de orquídeas papilonáceas junto a unos gladiolos silvestres de tallo en flor, conocidos como varitas de San José; hay también gamonitos con su vara florida, varios peruétanos, una mata de rascaviejas, algunas coscojas ...  No son tan fáciles de ver por aquí el alcornoque, quejigo, terebinto y agracejo. Tampoco hay enebros cerca del camino, y la madroñera, durillo, madreselva y zarzaparrilla prefieren otras zonas, algo alejadas, de mejor suelo y cierta humedad.
 Al final del recorrido alguien mostraba un prieto manojo de espárragos trigueros recolectados por el camino; también se da la esparraguera blanca, pero sus tallos son más tempranos.

V.- FAUNA TERRESTRE.      
Una de las grandes diferencias entre animales y plantas es el movimiento: los animales pueden trasladarse de lugar pero las plantas no; por esta razón resultan más fáciles observar las plantas que los animales. La casualidad y las circunstancias pueden hacer que cierto día, a cierta hora y en cierto lugar sea posible ver ciertos animales que, de no ser así, su observación necesitaría de una larga espera. Por esto y por no alargar la lista, citaré sólo los vertebrados que vimos y otros que son característicos y posibles de observar. A quienes estén interesados en el tema, les remito a la publicación escrita, Guía de los vertebrados de los Pedroches, editada por Asociación para la Defensa y Estudio del Medio en Los Pedroches “Guadamatilla”.
         Es muy posible que en nuestros paseos por el campo veamos salir corriendo, cerca de nosotros, una liebre o un conejo. Junto a los arroyos se ven hozaduras de jabalí e indicios del paso del zorro, quizás encontremos un erizo, un sapo o un escuerzo; la pequeña rana verde de San Antonio se deja ver por las huertas y lugares húmedos con abundante vegetación. Son difíciles de ver el gato montés, la gineta, el meloncillo y los mustélidos: tejón, garduña, comadreja. Por estas fechas ya se ven lagartijas, y puede que algún lagarto y culebra; y el ratón de campo o lirón careto que construye nidos o aprovecha los de otros animales.

VI.- AVIFAUNA TERRESTRE.
Las aves más pequeñas y frecuentes son: la alondra, la cogujada, ésta con moño mayor que aquella, el triguero y la calandria que anidan en el suelo; escribanos y pinzones que hacen su nido en árboles o arbustos; el carricero que frecuenta los cañaverales; el jilguero o colorín y el pardillo común, que se parecen bastante. Podemos encontrar: verdecillos y verderones, alcaudones, carboneros, herrerillos, colirrojos, currucas, petirrojos, mosquiteros, tarabillas y lavanderas. Los ruiseñores son difíciles de ver pero fáciles de detectar por su canto, la oropéndola es inconfundible tanto por su plumaje dorado como  por su canto y su nido colgante en la cima de los árboles. Dada su proximidad, todos hemos visto gorriones, golondrinas, aviones y vencejos.
Aves de mayor tamaño son: el abundante el estornino negro, y el mirlo común que frecuenta los encinares; el cuco y el zorzal charlo; inconfundibles son el abejaruco, abubilla y carraca por sus coloridos plumajes. Cerca del ganado merodea la garcilla boyera; en el encinar se oye el arrullo de palomas y tórtolas. El alcaraván, el sisón y la escasa avutarda prefieren terrenos abiertos. Es frecuente, en esta época, que una pareja de perdices nos sorprenda con su brioso vuelo, y que al atardecer, entre los cebadales crecidos, oigamos repetido el reclamo de la codorniz o presenciemos su vuelo.
Entre los córvidos se pueden ver: cuervos, urracas, grajillas, arrendajos, rabilargos ...; de entre las rapaces se ven buitres leonados y negros en el peñón Amarillo y  peñones de la Estación, también se ve el águila real, y el ratonero común que con el milano es la rapaz más frecuente en Los Pedroches, y el alcotán; se ve el cernícalo primilla y el elanio azul, que está en expansión, y tienen hábitat y costumbres semejantes. ...

VII.- FAUNA  ACUÁTICA.
La fauna acuática ha sido siempre variada y abundante en aguas del Zújar. Dicen que el cangrejo autóctono de río desapareció del Zújar en los últimos años la primera mitad del pasado siglo; el cangrejo americano, que soporta mejor la contaminación, lleva introducido unos 30 años. El pequeño camarón de río se dejaba aún llevar por la corriente del Zújar bajo el puente actual de La Alcantarilla en el año de su construcción; se le veía, también, en otros arroyos como el de Consolación. El mejillón de río va en retroceso desde las últimas décadas. Pero estos son invertebrados, paso a los vertebrados.
  El medio acuático del Zújar se ha incrementado considerablemente después de la construcción del embalse de La Serena. En la fecha de nuestro recorrido el reculaje de la presa llegaba hasta el vado de Vega Marcos.
 Podría señalarse a la nutria, Lutra lutra, como el ejemplar emblemático y sobresaliente de esta fauna acuática: la nutria es un mustélido que nada y bucea muy bien, posee membranas interdigitales y se impulsa con la cola; es muy juguetona y en algunas zonas puede observarse de día; se alimenta de todo tipo de vertebrados acuáticos (peces, anfibios, reptiles, aves) y de grandes invertebrados, también acuáticos; aunque puede refugiarse fuera del agua, en zonas protegidas del monte, desarrolla casi toda su actividad en el agua. Está protegida.
Las dos variedades de peces más abundantes y visibles en sus orillas, particularmente si se coincide con el día del desove, que se produce en los primeros días de mayo, son el barbo y la carpa. También se deja ver el black-bass, menos el pez sol, que se le parece, y también es introducido al igual que la gambusia. De menor tamaño y plateada es la boga; también hay cachuelos, pardillas y calandinos. Son difíciles de ver el jarabugo, pez  de unos 5 cm., endémico de nuestros ríos y arroyos, y la lamprea o colmilleja, que suele vivir enterrada en la arena o el fango.
Se ven ranas, y oímos el insistente croar, y muchos ranacuajos en algunos remansos. Asiduo de nuestros ríos y arroyos es el galápago, aún en los más degradados se siente cómodo; la rata de agua es un roedor típico de ríos y zonas encharcadas, tiene su pelaje pardo y puede observarse merodeando por las orillas o nadando.

VIII.- AVIFAUNA ACUÁTICA.
La avifauna acuática ha tenido, siempre, un pequeño paraíso en el tramo de agua que hay entre la Junta de los Ríos y la Estación. Este medio acuático se ha  incrementado desde la construcción del embalse de La Serena: la señal del agua se ve claramente más alta entre el puente de la vía y la Estación, tramo que ha dejado de ser río para convertirse en cola del pantano.
En las inmediaciones de la Estación hay una  concentración de nidos de cigüeña blanca y podremos ver alguna cigüeña negra, y, puede que, una cigüeñuela en un remanso. En el entorno de este medio acuático viven además: la garceta común, garza real, garza imperial, martinete, avetorillo, zampullín chico, ánade real, gallineta de agua, focha común, archibebe común, andarríos chico y grande, cormorán grande, gaviota sombría, común y cana, y el somormujo lavanco; el martín pescador, de vivos colores, puede sorprendernos con precisas zambullidas, desde la rama de un fresno, capturando un  pez.

IX.- GEOLOGÍA.
Predominan las cuarcitas  en estos terrenos pertenecientes a la era Primaria y período Ordovícico, que se originó hace unos 500 millones de años. Hay también representaciones del Silúrico, 430 millones de años, y del Carbonífero, 345 millones de años.
Cerca de la carretera, junto al peñón Amarillo, kilómetro 14, existe un pequeño yacimiento de graptolitos, fósiles característicos del Silúrico.
En la ladera baja de la sierra de Las Mangadas, Hoyas de Madroñiz, y en el tramo de excavaciones que se hicieron, inmediatamente después del nuevo puente sobre el Zújar, para desviar la carretera de Peñalsordo, aparecen unas concreciones de roca arcillosa perfectamente redondeadas y lisas, con diámetro que varía de 5 a 12 cm. y  forma  que va desde casi completamente esférica a muy aplanada: en su interior contienen una simple mancha ferruginosa o fósiles de animales.
Ejemplos de transformaciones geológicas externas se manifiestan en los canchales, como uno que hay frente a la caseta de peones camineros de Vega Marcos.
La acción geológica de los ríos se ve en los valles del Zújar y Guadamatilla, en las vegas de las Mangadas y Vega marcos, y en otros depósitos fluviales.
Transformaciones geológicas internas se muestran en forma de pliegues, entre los que se distingue uno, cortado espectacularmente por el Zújar, sobre el que se asienta el castillo de Madroñiz. También hay fallas ...

X.-  HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA.
         Estación de Belalcázar. Se dice que esta estación de ferrocarril, según el proyecto inicial, debía  construirse en Belalcázar, concretamente en el Calvario, pero que oscuros intereses locales lo impidieron. El ingeniero modificó su proyecto pero dejó el nombre de la estación y se hizo la carretera de conexión con el pueblo.
         Castillo de Madroñiz. Es una antigua fortaleza árabe bien conservada.
Tras la Reconquista, su primer poseedor, junto con cien yugadas de tierra, fue el infante D. Manuel, emparentado con el rey Alfonso X, el Sabio.
         En 1461 lo adquiere D. Gonzalo de Mejía, señor de Santa Eufemia, pero tiene que pleitear, con los condes de Belalcázar,  por la posesión de la dehesa de Madroñicejo, donde estaba enclavado el castillo.
         El último poseedor señorial del castillo y dehesa de Madroñiz fue la marquesa de La Guardia, quien lo adquirió por herencia de su padre.
         En 1951 el “Estado de Madroñiz”, de 10.048 fanegas, situado en el término de El Viso, fue adquirido por cuarenta y siete compradores de Benquerencia, Cabeza del Buey, y Peñalsordo. 
         Con el fin de evitar inconvenientes administrativos, los marqueses de La Guardia convinieron con el Ayuntamiento de Cabeza de Buey, hacia mediados del siglo XIX, que el castillo y las 4.000 fanegas situadas en la orilla izquierda del río y término de Cabeza del Buey, se unieran, administrativamente, a las otras 6.048 fanegas de la orilla derecha, término de El Viso y provincia de Córdoba. En compensación los Marqueses cedieron unas 500 fanegas de terreno, situadas cerca de Cabeza del Buey, a este Ayuntamiento.
ESTELAS. Tres estelas de guerreros, grabados sobre losas de cuarcita, aparecieron, en las últimas décadas del pasado siglo, en las vegas del Zújar, durante la realización de faenas agrícolas.
         Estela I.- Tiene forma rectangular y sus medidas son: 71 cm. de altura, 68 de anchura y entre 20 y 25 de grosor. Se representan en ella: un guerrero con espada cruzada en la cintura, una lanza de punta ancha y un espejo, destaca un gran escudo con escotaduras en V, en los tres anillos que lo componen;  por encima del escudo hay un carro de doble tiro con dos caballos. Se encontró cerca del camino de nuestro recorrido, frente al cerro de Las mangadas, a 1 km. del puente de la carretera.
         Estela II.- Mide 90 cm. de alto, 78 de ancho, y 40 de grosor. Su parte superior está dañada por las roturas que le produjo el arado del tractor al topar con ella. Se representan dos figuras humanas con sendas espadas a la cintura, dos escudos redondos y, entre las dos figuras humanas, otra de difícil interpretación. Se encontró a unos 1.500 m., al este de la anterior y a unos 100 m., al norte, del camino que recorremos.
Estela III.- Tiene forma como trapezoidal y mide: 1,20 m. de altura, 0,90 m. en la base, con 0,30 m de grosor máximo Los dibujos grabados son: una figura humana solitaria, una lanza de gran tamaño, un guerrero con espada a la cintura, un  escudo de tres circunferencias concéntricas con escotaduras en V y un carro de dos ruedas tirado por dos caballos. Se encontró, a unos dos kilómetros, al este de la estación de Belalcázar, en la margen derecha del Zújar, por el arroyo de la Cañada. Estuvo, durante algunos años,  recostada sobre una pared de la cantina de la Estación.
 Según expertos arqueólogos, que se citan en la documentación que estoy consultando, las estelas I y II podrían fecharse entre la primera mitad del siglo IX y el VIII, a. de C.; la estela II podría ser más reciente. 
Esta zona se significa como un importante núcleo de concentración de estelas: hay cuatro ya documentadas. Además de estelas, se han descubierto tumbas antiguas, restos romanos y parecen observarse formaciones tumulares. Está cargada de interés arqueológico y a la espera de prospecciones.
La documentación, sobre estelas, la he tomada de M. BENDALA, V. HURTADO Y F. AMORES;  me la ofreció nuestro paisano Miguel Pulido Medina, quien ya inició, hace  años, la creación de un museo local. Se les agradece.





                                                                                                Claudio Rodríguez.
                                                                                                25 de mayo de 2004.