CINCO MARTIRES DE MARRUECOS
CONSTRUCCIÓN
Fue mandado construir
por Dª TERESA ENRÍQUEZ que era la
esposa del tercer conde de Belalcázar, Alvaro de Sotomayor, apodado
el Conde Lozano, que gobernó con el nombre de Gutierre de Sotomayor.
Este convento en
principio perteneció a la provincia eclesiástica de la Concepción, pasando
después a la custodia de la provincia de Santa María de los Ángeles, contó con
una comunidad de entre 30-40 religiosos y dispuso de estudios de Teología.
Se le conceden
indulgencias plenarias por el Cardenal Quiñones en 1533 por tener las reliquias
de dos de las Once mil Vírgenes, Santa Eunodia (Eulalia) y Santa Manila.
En él fue enterrada
Dª Teresa junto a los restos de su esposo.
JUAN
DE SOTOMAYOR Y ZÚÑIGA “FRAY JUAN DE LA PUEBLA" (segundo conde de
Belalcázar).
Hijo primogénito de
Alfonso de Sotomayor y de Elvira de Zúñiga, primeros condes de Belalcázar.
Fray Juan fue el segundo conde, como se puede leer en su Epítome varias veces. Tras heredar el condado renunció a su título e ingresó en los jerónimos y después en los Franciscanos con el nombre de FRAY JUAN DE LA PUEBLA.
Fundó la provincia
franciscana de Santa María de los Ángeles que llegaría a tener dependiente de
la misma 33 conventos, de ellos 24 de frailes, 7 de monjas Clarisas y 2
Concepcionistas.
Por la gran veneración
que le tenían, al Conde Santo como le apodaban, se hizo repartimiento de sus
reliquias en 1544. La cabeza se dio al convento de Santa María de los Ángeles,
por ser su primera fundación. Al convento de Nuestra Señora de Guadalupe se dio
un dedo y parte del hábito. Su pobre y áspera túnica tocó al Monasterio de
Santa Clara de la Columna, a petición de las religiosas. Otras cosas se dieron
a sus sucesores y a personas devotas y bienhechores y lo demás quedó en el
convento de los Cinco Mártires.
Algunos años estuvieron
en la referida sepultura, hasta que 1625 Dª María de Velasco devota de Fray
Juan, mandó construir, a sus expensas, un túmulo labrado en piedra en la misma
capilla donde estaba sepultado y mandó labrar en la piedra principal un
epitafio que ponía “Aquí yace el venerable padre Fray Juan de la Puebla, autor
de la Custodia de los Ángeles, que finó a once días de mayo de 1495”.
En 1674 vino a la villa
de Belalcázar el Duque de Béjar D. Manuel acompañado del Excmo. Don Diego
Sarmiento de la Cerda y viendo en el estado en que estaba la caja, muy mal
tratada por el tiempo, mandó construir otra de poco más de una vara de larga
forrada de terciopelo carmesí y depositada en la capilla.
En 1722 practicando
visita el prelado superior de la Santa Provincia quiso comprobar el estado en
que se encontraban las cenizas de su venerable fundador y padre, abriendo la
urna en presencia de muchos religiosos y de gran parte de la comunidad,
concluyendo que estaban en muy buenas condiciones, por lo que se cerraron y
quedaron depositadas en el mismo lugar.
Fray Andrés de Guadalupe nos hace una descripción de cómo era el Convento de San Francisco a mediados del siglo XVII: “…En estos tiempos está el convento de los Cinco Mártires algo mejorado en la forma, y aseo; criase muchas flores para el adorno de los altares, y divino culto. En el claustro a la puerta del capítulo tienen entierro los sucesores de Doña Teresa Rol, hija del Comendador Don Alfonso Rol, y mujer de Don Fernando de Sotomayor. En la iglesia tiene capillas, y entierros el linage de los Céspedes, y el de los Vargas, de quien es patrono el hijo mayor Don Antonio de Vargas, que murió en la Puebla de Alcocer. En el lado colateral adjunto del altar de nuestra Señora, descansa en paz el Reverendísimo Padre Fray Juan de Robles, Comisario General de esta familia cismontana, que murió acabado el capítulo Provincial en este convento… Al otro colateral de la epístola descansa también el Venerable Padre Fr. Andrés Camacho, celosísimo de la observancia de nuestra sagrada religión… Para cuando se acabe la capilla mayor, en un túmulo junto al altar mayor están depositados los huesos del Conde D. Gutierre de Sotomayor, y de su mujer D. Theresa Enríquez la fundadora; los de D. Pedro de Sotomayor su hijo; los de D. Francisco, primero de este nombre; los de D. Alonso de Zúñiga, y Sotomayor hijo suyo, Marqués de Gibraleón, y los de su hermana D. Isabel de Zúñiga; los de D. Guiomar de Mendoça, y Aragón, mujer de D. Francisco, el segundo duque de Vexar con otros desta ilustre prosapia.
Durante la ocupación francesa fue demolido utilizándolo como cárcel. Según nos narra Casas Deza “El 25 de febrero de 1811 entraron en el convento unos 3.000 españoles prisioneros con su general Virues procedente de Ebora, los oficiales estuvieron en el castillo. El día 18 de marzo se alojó en el mismo la guarnición de Badajoz que constaba de 8 a 10.000 hombres y los oficiales en el pueblo, donde había más de 5.000 personas entre españoles y franceses, por lo que era estrecha la villa para albergar tanta gente.”
Por tanto con
anterioridad, se produjo la exclaustración de los religiosos.
Al quedar la iglesia
sin moradores, se teme que los restos de Fray Juan puedan ser expoliados, por
lo que llevaron a la parroquia de Santiago el Mayor, por considerar el convento
poco seguro en esa época. En la parroquia fueron depositados encima de un
armario de la sacristía y allí permanecieron más de un siglo hasta que en 1908 por las monjas de
Santa Clara se inicia un expediente de traslado de estos restos y de dos sobrinas
del Fray Juan, que igualmente estaban depositados en la parroquia, consiguiendo
la autorización. Aunque parece que este no se lleva a cabo hasta 1924.
Por lo tanto en 1836 en
la desamortización lo único que se puso
a la venta fueron ruinas y terrenos.
Mendizábal firmó el
decreto de desamortización e Isabel II lo ratificó. Aunque fueron expropiados
todos los bienes de las órdenes religiosas, no todos ellos pudieron ser
vendidos, porque quedaron a disposición de la reina aquellos bienes
indispensables para el desarrollo del culto católico: iglesias, capillas,
cálices, custodias, etc.
Por esa razón, en
nuestro pueblo, los bienes de los franciscanos de la Provincia de los Ángeles,
fueron parcelados y vendidos, menos la iglesia de Los cinco mártires de
Marruecos, que como acabamos de exponer no podía enajenarse.
Nuestro paisano Carlos
Mora, nos cuenta como se produjo la venta de los terrenos del monasterio,
recogidos en el Diario de Avisos de Madrid, del 18 de noviembre de 1841, donde
se recoge minuciosamente la descripción de cómo era la Huerta de los Frailes en
la primera mitad del siglo XIX, tras ser desamortizada y puesta a la venta como
bienes nacionales:
“…Una
huerta titulada del Convento de San Francisco de la Villa de Velalcázar, a
quien perteneció independientemente del edificio, compuesta de 2 fanegas, 11
celemines de tierra, de los cuales 8 celemines de tierra de labor de secano, 6
celemines plantados de estacas que están actualmente casi infructíferas, que se
aprovechan en sementeras de secano, con 32 pies inútiles, 5 celemines plantados
con 19 olivos grandes, que se siembran 6 celemines poblados de viña vieja, con
900 cepas, 10 celemines de regadío con agua de pie, con 20 olivos grandes, y 30
pies de álamos negros, todos pequeños, tiene dos albercas de inferior calidad y
mala construcción, una casilla arruinada para el hortelano, y otra que servía
de saladero con 4 pilas, cuyo terreno por la parte exterior que no confina con
el expresado edificio, tiene su cerca de pared que actualmente se halla
aportillada y en muy mal estado, y por la parte interior tiene otras divisiones
de cerca para separar la viña, tierra de regadío y olivares, no tiene carga ni
es divisible: está arrendada en 815 rs., y vende su arriendo en San Miguel de
1842, ha sido capitalizada según las bases establecidas en las reales órdenes
de 25 de noviembre de 1836 y 11 de mayo de 1837 en 25.350 rs., y tasada con
arreglo a lo prevenido en los artículos 18 y 19 de la real instrucción de 1º de
marzo de 1836 en 25.460 rs., que es la cantidad en que se saca a subasta…”
Sacada a subasta, la
Huerta de los Frailes pasa a ser propiedad de la familia García de la Barga, al
ser adquirida por D. Críspulo García de la Barga y su esposa Doña Gertrudis, y
según nos cuenta Corpus Barga, fue vendida posteriormente a un párroco de Belalcázar.
Durante la guerra civil
las monjas se ven obligadas a abandonar su Monasterio, por lo que encarcelan
los restos de Fray Juan en un hueco de la pared para que no fueran profanados.
Acabada la guerra vuelven a tomar posesión del Monasterio. Siendo el último
traslado el efectuado el 1992, cuya crónica está minuciosamente detallada en el
libro del cronista D. Manuel Capilla Rubio “BELALCÁZAR, HISTORIA, MONUMENTOS Y
PERSONAJES”.
No puedo terminar sin
reseñar, como curiosidad, los versos que nos relata Garibay en sus Memorias y
que nos ayudan a saber la sensibilidad y personalidad que tenía Fray Juan de la
Puebla, que era conocido como “El conde santo”.
Refieren que cuando
dejando el mundo entro en religión, escribió estos ocho versos…..
Mundo
quien te conociere
Cierto
estoy, que no te alabe.
Tienete
quien no te quiere,
Quiérete
quien no te sabe,
Yo
me parto ya de ti,
Contento,
alegre y ledo
Por
poder gozar sin ti,
Lo
que contigo no puedo
Ledo: Alegre, contento,
plácido
Fray Juan tiene dedicada
una calle en Belalcázar.
ACTIVIDAD
CULTURAL
LA
BIBLIOTECA
En el convento de San
Francisco de los Cinco Mártires de Marruecos, en el arrabal de El Marrubial,
sus moradores no sólo se dedicaban al obligado y esencial “Ora et labora” de
San Benito, sino que además el convento también hacía las veces de estudio de “Theología
escolástica”, formado a mediados del siglo XVII por 2 lectores y 16
estudiantes, que convivían con los 33 religiosos franciscanos del cenobio. Era
un centro de formación de teólogos, predicadores y confesores para la provincia
de Los Ángeles y las nuevas tierras allende los mares, y para ello contaba con
una excepcional biblioteca compuesta por un total de 153 títulos y 175 tomos,
clasificados en 6 materias: Escolásticos, Predicables, Morales, Espirituales,
Historia, Estravagantes. De los 153 títulos, 91 estaban escritos en latín y 62
en castellano, y entre los libros más reseñables podríamos citar El Libro de
las Sentencias, de Pedro Lombardo, La Resolutio Theologorum, de Denisse, De
Potestate Legis Poenalis, de Alfonso de Castro, Tratado de casos de Conciencia,
de Antonio de Córdoba, Manual de Confesores, de Enrique de Villalobos, Espejo
de Consolación, de Juan de Dueñas, la Historia Seraphica, de Sedulio, y otros
muchos con autores como San Buenaventura, Juan de Pineda, Bartolomé Anglicus o
Juan de Rada. En Belalcázar, la enseñanza de la Teología Escolástica se
realizaba a partir de los grandes comentarios franciscanos medievales de San
Buenaventura, Alejandro de Hales, Mayrones, Orbellis… Este estudio de teología
del Convento de San Francisco de Belalcázar, así como que en él se celebrasen
los capítulos de la provincia, como Casa Capitular, lo convertían en la
auténtica capital de la provincia de Los Ángeles.
·
Carlos Mora. Pérez García, Rafael
M.: “El convento de los Cinco Mártires de Marruecos de Belalcázar y su
biblioteca hacia 1646”, artículo inserto en la obra “Bibliotecas de la
Monarquía Hispánica en la primera globalización (Siglos XVIXVIII). 2021
MÚSICA
Como es sabido en el castillo además de una impresionante
biblioteca, aún mayor que la descrita en esta entrada, tenían una gran colección
de instrumentos musicales. Ambos fueron vendidos cuando las finanzas de la
familia vinieron a menos.
De la misma forma en el monasterio de los Cinco Mártires,
además de la biblioteca tuvo una gran actividad musical.
“En los protocolos notariales de 30 de marzo de 1729 encontramos un contrato para hacer un órgano, cuyo resumen dice:
El 24 de noviembre de
1729, el responsable de los Cinco Mártires hace un escrito al Concejo de
Belalcázar solicitando ayuda para costear la fábrica del órgano.
El 18 de diciembre el
Cabildo le contesta y decide que se libren limosna, por una sola vez…… de
seiscientos reales de vellón para ayuda de los gastos de la fábrica del órgano,
para mayor culto y obsequio del Cristo Jesús Sacramentado…
En este mismo periodo,
los conventos de Belalcázar e Hinojosa del Duque, de la orden de San Francisco
tienen una gran actividad musical. Además del órgano referido, disponían de
escuela de canto, donde participaban los estudiantes de teología con órdenes de
diácono y subdiácono, que eran denominados coristas.
En su última voluntad y testamento, firmado el 1 de noviembre de 1544, Francisco de Zúñiga y Guzmán Sotomayor, tercer duque de Béjar, pidió que lo enterraran con el hábito de un franciscano, en medio de las tres pequeñas capillas del monasterio de San Francisco en Belalcázar.
Hasta que este fuera terminado,
su cuerpo debía reposar en la capilla de San Benito del convento de Santa Clara.
Dio instrucciones de seguir su entierro con nueve días de "misas cantadas y
Oficio de Difuntos”, para lo cual mandó hacer diez libros de coro de Oficios.
El convento de Santa Clara de la Columna disponía de estos diez magníficos libros de coro, donados por el Duque para completo uso de los Franciscanos, que se encuentran ahora en la biblioteca “The Hispanic Society of America in New york". Están decorados en estilo Mudéjar y tienen elaborados grabados.
Como podemos leer es para uso y disfrute de los Franciscanos, por lo que podemos especular que los libros llegaron al Monasterio de Santa Clara tras la desamortización.
"Recorte del Libro
Música en los Pedroches”
ACTIVIDAD
PASTORAL
Los franciscanos de los
Cinco Mártires, además de la actividad cultura antes descritas, desarrollaban
una amplia actividad pastoril, como nos cuenta D. Rafael Calero en su libro “La
luz de San Alberto”.
Se
trata de una pieza dramática dividida en
dos actos que vincula al teatro con el
patrimonio histórico y cultural de El Viso y también de Belalcázar.
La misteriosa aparición del diario de un
fraile franciscano entre los muros de una casa de El Viso nos conducirá
directamente a los convulsos momentos vividos en el interior del convento de S.Alberto del Monte por causa de la ley
desamortizadora de Mendizábal.
Los exclaustrados
franciscanos, tras ser acogidos en El
Viso, mostrarán su gratitud al pueblo organizando la representación teatral del
libro "la infancia de Jesucristo", tradición que se ha mantenido
desde entonces hasta hoy, convirtiéndose
en una seña de identidad de este pueblo
reconocida, por su aportación a la cultura teatral y al folklore popular, como
Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.
Este
texto, lleno de acción y momentos sorprendentes está basado en hechos y en personajes reales y
recupera parte de la historia de un monasterio
perteneciente a la Orden Seráfica franciscana de la Santa Provincia de
los Ángeles, creada por fray Juan de la Puebla. Este convento fue terminado de
edificar en 1504 y fueron hermanos franciscanos provenientes del
convento de los Cinco Martires de Marruecos de Belalcázar quienes se encargaron
de levantarlo. Así lo textifica fray
Andrés de Guadalupe en su libro "Historia de la Santa Provincia de los
Angeles":
"Francisco
de los Ángeles Quiñones, custodio de la orden, tomó posesión en nombre de el
pontífice de una antigua ermita que existía allí desde 1380 en honor al san
Alberto y dejó allí algunos religiosos que la habitasen y comenzasen la fábrica
de las celdas y convento a expensas de D.Gonzalo Mexía, como lo había prometido. Trabajaron en su construcción los frailes de Belalcázar sin disminuir su asistencia al coro, comunidad y
vida monástica con todo rigor."
Durante los más de
trescientos años que se mantuvo en pie el convento S. Alberto del Monte siempre
existió una relación fraterna entre Belalcázar y El Viso, unión que hundía sus raíces en
aquellos cimientos cristianos que levantaron los frailes de los Cinco Martires
de Marruecos. Estos cimientos que
todavía perviven son una muestra
indeleble de la alianza entre dos
pueblos, alianza que conviene recordar y
que no debería perderse nunca.
Rafael
Calero
ACTUALIDAD
Se trata de un edificio
inscrito el día 15 de abril del año 2008 en el Catálogo General del Patrimonio
Histórico Andaluz como Bien de Catalogación General.
Lo
que no ha sido impedimento para que fuese incluida en la Lista Roja del Patrimonio
en el año 2007, al estar abandonada por el Obispado y las administraciones y su
pésimo estado de conservación (en ruinas, con el hundimiento de parte de la
techumbre).
La Junta de Andalucía,
siendo alcalde Vicente Torrico, realizó una actuación urgente en 2008 para
evitar el desplome de la bóveda de la
Iglesia.
La Asociación Cultural Turdulia y el Ayuntamiento de Belalcázar en el año 2023 han solicitado a la Diócesis de Córdoba su compra o donación, para salvarlo de la ruina y ganar este maravilloso espacio histórico y monumental para Belalcázar y su gente.
Nuestro proyecto es
convertirlo en un centro cultural en el que celebrar exposiciones, congresos,
reuniones, espectáculos de teatro… y también en un espacio memorial permanente
a la figura y obra de Fray Juan de la Puebla.
HERALDICA
Como es sabido la heráldica tenía en aquellos tiempos una importancia
grande y todos los nobles se apresuraban a poner sus escudos para que todo los
vecinos pudieran saber quiénes eran y la posición que ostentaban. Así, en este
monasterio, no solo encontramos los escudos de sus fundadores, los Sotomayor, Zúñiga y los
Enrique, también encontramos, en la actualidad, los escudos de los Chacón, los
Ortiz, de los Vargas, de los Chaves y de los Orellana.