LAS CRUCES DE TERMINO O HUMILLADEROS
En el año 2001 D. Claudio Rodríguez Rodríguez, publicó un artículo con 16 cruces de nuestra población. En esta entrada he actualizado los comentarios de algunas, por variaciones producidas con el tiempo y he añadido otras seis cruces más para completar el referido trabajo.
Creo haber incluido todas las cruces de nuestra población, no obstante si algún lector conoce alguna que no se refleje en el mismo, le agradecería me lo comunicase para de estar forma poder catalogarla.
En su artículo D. Claudio escribía:
Era costumbre cristiana señalar con cruces las entradas a las poblaciones y recintos sagrados, tales como iglesias, monasterios, ermitas…
El viajero se detenía ante estas cruces y postrándose de rodillas, se humillaba ante Dios haciendo la señal de la cruz y rezaba una oración.
En Belalcázar estas cruces se destruyeron en las vicisitudes de los años 1933-34. Unas desaparecieron, aunque permanece su memoria y vestigios sobre el terreno, y otras se reconstruyeron quedando como testigos de la religiosidad de una época.
La descripción y ubicación de estas cruces aquí referidas se ha hecho con el testimonio de más de una docena de personas que las conocieron. No todas las personas consultadas conocieron todas las cruces enumeradas.
CRUCES RECUPERADAS
1.- CRUZ DE LA TERCIA
La cruz se hallaba situada en la margen izquierda del arroyo del Prado, frente al corralón de la Tercia, que permanece edificado al final de la calle Santa Rita, esquina con el arroyo.
Esta cruz era igual que la cruz de consolación, es decir, cruz de granito acanalada longitudinalmente, cima redondeada y rematada con cruz de hierro forjado, alzándose todo sobre pedestal escalonado.
El corralón de la Tercia tenía grabada la fecha, año 1880 en sus puertas de hierro sustituidas hace pocos años. Recibe el nombre de Tercia porque se utilizó, en tiempos, para almacenar los productos en especie recaudados por el tributo de la Tercia o tercera parte de los diezmos que correspondían al Rey.
El arroyo del Prado se llamó así por la pradera de tupida hierba que crecía en sus amplias orillas, progresivamente reducidas, donde pastaba el ganado de la pequeña economía familiar.
Las cruces que jalonaban el camino de Sevilla eran semejantes entre sí pero eran diferentes a las otras de Belalcázar. El motivo de la diferencia es que no eran cruces de termino, sino los rollos jurisdiccionales de la Villa.
Este camino de Sevilla entraba en el pueblo pasando junto a la iglesia del Santo, por la calle Sevilla, Domadero (un ejido), para salir hacia Consolación (Coslada), Aldeavieja, Valsequillo….
El rollo jurisdiccional
de la Villa de Belalcázar constituía el más alto símbolo del privilegio real
concedido a la Villa, en virtud del cual esta gozaba de autonomía jurisdiccional,
lo que le otorgaba la potestad de impartir justicia en los pleitos que
surgieran en su territorio e incluso de dictar la pena capital.
Su origen más que
probable se situaría en torno al año 1444, momento en el que la Villa de Gahete
pasó a formar parte, junto a Hinojosa, del Señorío que el Rey Juan II otorgó a
don Gutierre de Sotomayor.
Como signo de dicha
concesión real, las villas agraciadas elevaban su categoría al rango de
“señorío”, lo que se solía simbolizar con la solemne colocación de un rollo
jurisdiccional, que ocupaba un lugar destacado en la entrada a la localidad,
con objeto de simbolizar y avisar disuasoriamente al forastero del privilegio
del que gozaba la Villa.
2.- CRUZ DE PALO
Esta cruz anunciaba la proximidad del monasterio de Santa Clara a quienes llegaban por el camino del Marrubial, donde estaba entonces el convento de los franciscanos. Se halla a unos 300 m del monasterio, en el cruce vertical de dos caminos.
Sus elementos eran una tosca peana cilíndrica de granito con cruz de palos. La peana es de, aproximadamente, 0,50 m. de alzada por 0,95 m. de diámetro con un orificio redondo en la cara superior para la sujeción del madero de la cruz; la parte que emerge está labrada toscamente y la que se hunde en el suelo, sin labrar.
Claudio recuerda haber visto esta peana en la orilla del camino hasta los años noventa.
La ubicación en este camino y la sobriedad de sus materiales parecen significar que estuviera principalmente dedicada a los frailes franciscanos que a diario recorrían este camino para celebrar la liturgia en el monasterio de Santa Clara. Una monja, la Discreta, oportunamente situada en una ventana del sobreclaustro de la fachada principal, avisaba, cuando el capellán pasaba junto a la Cruz de Palo, para que se dispusieran los ornamentos litúrgicos. La austeridad y pobreza franciscanas se simbolizan en esta cruz, emblema de la orden que profesaron no pocos descendientes de la familia condal de Belalcázar e incluso tomaron como apellido al entrar en religión.
Se cuenta que, años después de la guerra Civil, una noche estuvo detenido durante horas, en este lugar, un coche con sus luces encendidas mientras que los perros del entorno no dejaban de ladrar. A la mañana siguiente se observó que la tierra estaba removida de haberse cavado con herramientas. La gente del pueblo dice que ahí debió permanecer enterrada una parte del tesoro del monasterio, robada durante su ocupación por las milicias y que, esa noche, alguna persona cómplice del robo se apoderó de el.
Se bendijo el día de todos los santos del año 2022.
3.- CRUZ DE LOS GARABATOS
La llamada cruz de los Garabatos, en realidad era la picota o columna de piedra que se hacía en la entrada de algunos lugares, donde se exponían públicamente las cabezas de los ajusticiados o los reos.
Se hallaba instalada en el domadero, cerca de la entrada a la primera calleja de la urbanización recientemente construida, subiendo unos cien metros desde la cruz de Los Muertos.
Estaba formada por una columna de granito blando, de una sola pieza, que no alcanzaba los tres metros de altura y unos sesenta centímetros de base. Cuatro estrías o canales, a la misma distancia entre sí, la recorrían de arriba abajo, interrumpiéndose antes de la cima, que remataba en casquete esférico con pequeña cruz de hierro, algunos dicen que tenía una calavera de piedra delante de la cruz.
En lo alto de la columna, al comienzo de cada estría, había cuatro garabatos de hierro, fuertes y resistentes, clavados en la piedra. La curva de cada gancho de los garabatos comenzaba muy cerca de su salida de la piedra y terminaba en punta aguda con ligera inclinación hacia abajo.
Se alzaba la picota sobre la plataforma cuadrada de los escalones.
Las personas del pueblo que la conocieron la recuerdan de sus juegos infantiles en el descampado del Domadero. Entre los niños corrían de boca en boca los horrores que les contaban los mayores sobre los ajusticiados en la cruz.
Claudio no encontró quien le diera noticias sobre el paradero de la columna de granito que formó la picota, sin embargo, se sabe que los garabatos fueron vendidos, en los años de la posguerra, al chatarrero del pueblo.
En una obra que realizaron, por los años treinta, en un solar de la calle Pilársete se descubrió un osario con bóveda, distante unos 200 m. de la cruz. ¿Podría existir alguna relación entre este osario y la Cruz de los Garabatos….?
Es creencia popular en Belalcázar, que ésta era la cruz de la Inquisición, de hecho popularmente también se la conocía como la Cruz de La Inquisición: se sabe que el tribunal de la Inquisición juzgaba sólo en materia religiosa y entregaba estos condenados a los tribunales de justicia ordinaria.
En un artículo del profesor Luís Romero Fernández, publicado en la revista Cuzna nº 2, tan sólo encuentra dos vecinos de Belalcázar condenados por el tribunal del Santo Oficio: uno a misa y multa, por blasfemia vertical; el otro, a hacer decir una misa y oírla con devoción y multa de 12 ducados, por Libros Prohibidos. También dice este profesor que la estancia de jueces inquisidores en Belalcázar fue del año 1.486 a 1.487 y que la comarca de Los Pedroches no creó grandes problemas al tribunal de la Inquisición; aunque también dice que le falta por saber con exactitud cuántos fueron juzgados en 1.577 y 1.592.
Recuperada en el año 2022.
4.- CRUZ DEL CUCURUCHO
En el cerro del Cucurucho (antiguo ejido) hubo una cruz situada en la bifurcación del camino de Hinojosa del Duque a su llegada a la población, muy cerca del pozo de mina que hay junto a los edificios escolares por la parte sur.
Los vecinos de la zona la recuerdan como de características generales semejantes a las otras del pueblo, éstas son: sobre plataforma escalonada se alza una columna de granito con base cuadrada y esquinas chaflanadas, que culmina en cruz de hierro forjado más o menos artísticamente. Las piedras de su plataforma cuadrada han permanecido en su lugar hasta hace pocos años, se retiraron cuando se asfaltó la calle y se edificó la ampliación del I.E.S Juan de Soto Alvarado.
Ha sido recuperada el día 24 de noviembre de 2018, y han participado en su restauración, José Paredes, Alfonso García Flores, Juanjo Vioque y Rafael López. El sillar romano de su base ha sido donado por Carlos Nieto, la basa y coronación el ayuntamiento de Belalcázar, la columna reciclada de la cámara agraria local, restauración de columna y pegamento mármoles Dionisio Caballero, grúa, cemento, transporte de piedras y materiales Ayuntamiento de Belalcázar, la cruz de hierro ha sido restaurada por Rafael López.
5.- CRUZ DE LA CALLE DE LA CRUZ
Se encontraba en el barrio del Cerro, al final de la calle de La Cruz, a la que dio su nombre.
El tres de Mayo fiesta de la Cruz, los vecinos engalanaban la cruz y se sacaban en procesión los santos San Felipe y Santiago el Menor, y se cantaba "San Felipe y Santiago Ora pro Nobis (rezad por nosotros)"
Cada primer domingo de mayo, sus vecinos volvían a engalanar esta cruz con flores y otros adornos para recibir la procesión de Rogativas de la Virgen de la Alcantarilla, que hasta aquí llegaba para bendecir los campos.
Terminada la procesión, era costumbre subastar públicamente los borregos que, en su día, los devotos ofrecieron a la Virgen. Estos borregos, entre veinte y treinta, se exponían en la plaza del Ayuntamiento, que por aquellos años estaba aún sin pavimentar, encerrados en redil de malla de esparto.
Ha quedado instalada de nuevo el día 22-06-2018 y han participado en su restauración, José Paredes, Alfonso García Flores, Juanjo Vioque y Rafael López. Los sillares romanos de su base han sido donados por Carlos Nieto, el capitel por Gabriel Rodriguez Montes, la columna José paredes, restauración de capitel y pegamento mármoles Dionisio Caballero, grúa, cemento, transporte de piedras y materiales Ayuntamiento de Belalcázar, la cruz de hierro ha sido restaurada por Rafael López.
6.- CRUZ VERÓNICA
Durante mucho tiempo fue el lugar de paseo de nuestros padres y abuelos que como el paseo Corpus Barga no existía paseaban desde la Plaza a esta Cruz.
Como vestigios de la cruz, quedan en su mismo lugar un pequeño parque compuesto por un pretil de sillares de granito, con aspecto de construcción mas moderna pero que ya estaba cuando se destruyó la cruz, y los restos de tres paredes de piedra malagoniza, que con el pretil cerraban en cuadro el recinto de la cruz.
Ha sido recuperada el día 27 de septiembre de 2017, está situada en el ángulo recto que forma la carretera de Cabeza del Buey (A-422) con el camino que baja de la fuente de Los Chorros del Marrubial.
La restauración se ha realizado por José Paredes y Rafael López y se ha empleado un sillar romano como base, un capitel, una columna y una cruz de hierro. El sillar ha sido donado por Antonio Chacón, el capitel por mármoles Dionisio Caballero, la columna por José Paredes, grúa, cemento, transporte de piedras y materiales Ayuntamiento de Belalcázar y la cruz de hierro restaurada por Rafael López.
CRUCES QUE SE CONSERVAN
7.- CRUZ DEL TRENILLO
De todas las cruces que hubo en cada camino de entrada al pueblo únicamente permanece en pie la que en nuestros días, es conocida con los nombres de Cruz del Trenillo ó Cruz de la Fuente Vieja. Recibió estos nombres populares por hallarse al final de una manzana de casas pequeñas e iguales alineadas a lo largo del camino y que acababan en la fuente conocida como Fuente Vieja.
Esta cruz anunciaba a los caminantes que llegaban por el oeste, desde Extremadura por el camino de Castuera o de Cabeza del Buey, que se acercaban a una población cristiana. La encontraban después de pasar el puente de San Pedro donde, en la actualidad, aparece la primera bifurcación de calles: la de la fuente Vieja y la de la Virgen de la Alcantarilla, antes llamada calle Verde.
La cruz se compone de columna de granito con base cuadrada y esquinas en chaflán interrumpido en los extremos y, en la cima de la columna, una cruz de hierro forjado con adornos iguales en forma de “ce” en los cuatro ángulos rectos; los tres extremos rematados en punta de lanza. La columna, de 1,70 m. de altura, se eleva sobre plataforma de tres escalones. Plataforma y columna están enteramente encaladas.
Cerca de la cruz, se ha colocado una mesa de granito para el recibimiento y cambio de la andas de la Virgen de Alcantarilla, cuando entra en el pueblo el día de su romería.
Según opinión de algunas de las personas consultadas, esta Cruz se corresponde con la que fue la CRUZ VERDE, que desde junto a la pared del Cercón sufrió un primer traslado, calle abajo, hasta la confluencia con calle Velázquez. Después de su destrucción, en el año 33, se reconstruyó ubicándola en el final de las casas del Trenecillo, concretamente en la fachada del nº 50.
En el año 2001 se reubicó en el vértice del parterre, precediendo al templete edificado para recibir la imagen de la Virgen de la Alcantarilla.
8.- CRUZ DE LOS MUERTOS
Esta cruz se compone de varias piezas superpuestas, que son de distinto material y procedencia. Lo más atrayente es el fuste de columna cilíndrica estriada, de mármol puro como alabastro, con 2,20 m. de altura y unos 0,40 m. de diámetro. Sus estrías son cóncavas haciéndose convexas en el tercio inferior. Por su aspecto bien pudiera ser romana pero se desconoce su procedencia, aunque estuvo en una casa particular del pueblo.
Sobre esta columna se superpone otra de granito con fuste liso, de 1 m. de altura y y 0,12 m. de diámetro; tiene basa con molduras y capitel jónico al que le falta una cara, siendo de distinta clase de piedra, que desde abajo parece riolita cubierta de líquenes. Esta segunda columna, se dice que procede de las casas que la Inquisición poseía en la calle Fray Miguel de Medina. En la cima hay una cruz de hierro forjado con señales de haber tenido adornos. El monumento se alza sobre plataforma escalonada de granito, haciendo el escalón superior, que es de una sola pieza cuadrada, de basa para la columna de mármol.
El terreno circundante, muy amplio en otros tiempos, ha quedado reducido a mínimos entre la carretera por un lado y la urbanización del Domadero por el otro.
Esta cruz de los Muertos se instaló por el año 1.950. Anteriormente en el mismo lugar solo había una mesa de granito para colocar el féretro del difunto durante el rezo del reposo, antes de ser llevado al cementerio.
Cuando moría alguna persona pobre que no podía pagar el entierro, el cura solo acompañaba al difunto hasta llegar a esta cruz, donde lo despedía siguiendo el cortejo fúnebre solo hasta el cementerio.
9.- CRUZ DEL CALVARIO
En El Calvario, lugar también denominado de Regiones, por la urbanización construida hacia el año 1.950 para reparar la destrucción de la guerra civil, había desde siempre un pedestal prismático, lleno de tierra, de aproximadamente 1,70 m. de alto que tenía una cruz de hierro y un olivo plantado.
La cofradía de Jesús Nazareno procesiona su titular hasta El Calvario, en la madrugada del Viernes Santo. La procesión antiguamente salía de la parroquia por la llamada Puerta del Sol, en la actualidad tapiada, que se abre a la plaza de Sebastián de Belalcázar, entonces del Cementerio.
El pedestal y su cruz se derribaron por suponer una dificultad para la edificación del barrio en el descampado del Calvario.
Recientemente, algunos hermanos cofrades han reconstruido el Calvario a semejanza del anterior, cerca del pozo, a unos 40 m. del lugar antíguo. Consta de pedestal prismático de 1,25 m de lado, que sirve de arriate para el olivo y de soporte para un armazón de hierro en forma de podio. En el escalón central del podio hay tres pequeñas cruces, la interior soporta una corona de espinas y tres clavos, que son el emblema de la cofradía.
10.- CRUZ DEL HUMILLADERO EN EL MONASTERIO DE SANTA CLARA
Esta cruz la componen los siguientes elementos en superposición: plataforma de escalones, columna de granito y cruz de hierro.
Las piezas que forman los escalones de la plataforma cuadrada son de granito blando desgastado por el paso del tiempo. El pedestal con molduras sobre el que se asienta la columna es, también, de granito blando erosionado. La columna mide unos 2,25 m. de altura, es de base cuadrada pero longitudinalmente muy chaflanada, casi ochavada; su granito duro y nuevo muestra las recientes señales del puntero que lo labró. La cruz de hierro forjado lleva adornos en forma de “ese” en disminución hacia los extremos de los brazos, que terminan en punta de lanza.
El estar construida con piezas antiguas y modernas sugiere que puede ser reconstrucción de la que se destruyera en el año 1.933-34.
El conjunto de esta cruz, en su origen, debió instalarse en el centro de la explanada frente al monasterio pero, en la actualidad, la ambición de suelo para construir la ha dejado sobre el acerado del camino que llega al recinto.
11.- CRUZ DEL CAMINO DE LA VIRGEN DE LA ALCANTARILLA
Esta cruz se halla a 2 km. de distancia de la ermita desde donde se divisa perfectamente encalada de blanco sobre un cerro de la senda que la virgen recorre en romería hacia el paso del río.
La cruz consta de pedestal cuadrado con escalones, columna de granito intensamente chaflanada y sobre ésta, una cruz de barra de hierro lisa cuyos extremos tienen forma de bellota. A su lado hay una piedra cuadrada de granito encalado, que sirve de mesa para que posen las andas con la imagen de la virgen mientras los romeros descansan.
12.- CRUZ DE LA ERMITA DE CONSOLACIÓN
Consta de fuste cilíndrico, único de esta forma, de 1,65 m de altura y 0,25 de diámetro. En la cima tiene cruz de hierro forjado con doble línea y elementos de adorno; las tres puntas de la cruz rematan en flor de lis.
La columna se eleva sobre plataforma cuadrada de escalones.
Permanece en el suelo, junto a los escalones de la cruz, una pieza del mismo material y medidas que el conjunto, pudiendo haber servido lo mismo de capitel que de basa de la columna; tiene molduras y orificio para el clavo de unión con otros elementos, así como iguales restos de pintura de color añil.
Muy cerca de la cruz hay una mesa de granito que lleva inscripción de 1.888, utilizada para colocar la imagen de la Virgen cuando entra o sale de su ermita.
13.- CRUZ DE LA ERMITA DE SAN ANTÓN
Esta cruz está formada por una tosca pilastra o columna de granito, de unos 0,20 m. de base y esquinas de ligero chaflán que se anula en los extremos. Se alza sobre plataforma de escalones. En lo alto tiene acoplada una cruz de hierro forjado, cuyas puntas llevan como adorno una hendidura en forma de cuello para rematar en forma de pirámide con punta aguda.
La columna tiene grabada la fecha 1.869.
CRUCES DESAPARECIDAS
14.- CRUZ VERDE
Esta cruz, semejante a las anteriores de granito aquí referidas, se hallaba al comienzo de la que actualmente es calle Alcantarilla, que anteriormente fue calle Verde, a unos veinte metros de la esquina con la calle Consolación, cerca de la pared del Cercón, que ahora es campo de deportes y antes fue huerta.
Se dice que esta cruz, los representantes del tribunal de la Inquisición entregaban los reos al tribunal de justicia ordinaria, cuando correspondía su ejecución en la Cruz de los Garabatos, la Picota, distante unos cien metros.
El nombre de calle Verde puede venirle de la verde vegetación que en ella crecía, ya que, hasta en verano, corría un reguerillo de agua clara que manaba en la calle Pilársete, calle del Agua y calle Verde.
15.- CRUZ DE LOS SEÑORITOS
La encontraban los viajeros que llegaban al pueblo desde el sur, por el antiguo camino de Sevilla. Recibía este nombre porque hasta aquí llegaban de paseo los señoritos o señores del pueblo. Estaba colocada a unos 50 m. al norte de la actual Cruz de los Muertos, en la orilla del camino junto a la era que fue de Suarito.
En su lugar queda, como vestigio, el terreno, marcado con una pilastras de granito hincadas verticalmente, (hasta hace poco tiempo había cuatro pilastras), que han servido de sombrajo para aliviar de los rigores del sol a los trabajadores de la era cuando trillaban las mieses. Cuando la cruz estaba, el espacio en su alrededor superaba los cincuenta metros cuadrados, mas o menos el terreno que se ve vallado.
16.- CRUZ DEL CAMINO DE CONSOLACIÓN
Se hallaba esta cruz en el antiguo camino de Sevilla, entre la huerta de Pepe Medina y la viña de Gervasio, más cerca de la huerta que de la viña. La carretera asfaltada actual no existía cuando estaba la cruz. Estuvo situada donde el camino de consolación, hacia la ermita, se desvía del de Sevilla, es decir, unos metros mas delante de donde hoy está el mojón kilométrico número 3.
La cruz era de formas semejantes a la cruz de los Garabatos pero con sección y altura reducidas y no tenía garabatos. Estaba constituida por columna de granito blando con anchas estrías, canales labrados longitudinalmente y terminación semiesféricas, coronada con cruz de hierro. Esta estructura se elevaba sobre plataforma de escalones.
17.- CRUZ DE LA MEDIA LEGUA
La encontraban los viajeros que llegaban al pueblo desde el sur, por el antiguo camino de Hinojosa del Duque.
Según la manifestación del vecino D. Bernardo Fernández Moyano, estaba formada por escalinata de sillares de granito y cruz de granito, redonda, maciza de unos 2,50 m de altura.
La cruz se encontraba al borde del camino a unos 100 m. de la actual carretera A-422.
Junto a ésta, después de la guerra, se levantó otra cruz para recordar a los fusilados en este lugar.
CRUCES RECIENTES
18.- CRUZ DE LA ERMITA DE LA VIRGEN DE LA ALCANTARILLA
Esta cruz se instalaló en el año 2012 por la actual directiva. El sitio elegido ha sido la antigua pista de baile.
La cruz consta de escalinata cuadrada de 2 m de lado con bordillos de granito y solera de bolo cordobés, pedestal cuadrado de 90 x 50 cms., columna de granito 1,30 m de altura por 22 cms de anchura, dos capiteles iguales de 23 cms de altura por 40 cms de anchura, que ha sido construida por el marmolista Dionísio Caballero. Coronada de cruz de hierro de forja cuadrada muy artística con los extremos en forma de bellota, que ha sido donada por un vecino de Monterrubio de la Serena.
19.- CRUZ DE LAS LASTRAS
En el año 1.977 la directiva de la hermandad de la Virgen de la Alcantarilla instaló, en el paraje conocido como Las Lastras, un templete para proteger de las inclemencias climáticas a la Virgen a su llegada a este lugar.
El mismo está construido de obra de ladrillo visto y tejado a cuatro aguas, con cuatro jarrones en las esquinas, coronado por una cruz de hierro, en su interior hay una mesa de granito donde se ponen las andas con la Virgen.
De modo que, en su conjunto, podemos considerarla como una nueva cruz instalada en el camino de la patrona.
20.- CRUZ DE SOR FELIPA
Esta cruz se ha convertido últimamente en uno de los iconos más representativos de nuestro pueblo al estar incluida en numerosos carteles y panfletos, por lo que es obligada su inclusión en esta relación.
D. Claudio hizo una descripción de su restauración que decía:
Sor Felipa de la Cruz, hija de los condes de Belalcázar, vivió y murió como monja clarisa en este convento. Conocida es su religiosidad y devoción por la Santa Cruz que caracterizó, igualmente, a la familia condal siempre muy allegada a clarisas y franciscanos.
Conocido es que sor Felipa de la Cruz, durante su vida monástica, se retiraba con frecuencia a orar y meditar sobre la Pasión de Cristo ante una cruz que había en la huerta del convento. Esta cruz permaneció en su lugar hasta que se destruyó con el saqueo del convento en los desastres de la guerra civil.
Pasada la contienda, la madre sor Guadalupe de Jesús se entregó decididamente a la obra de reparación y puesta en servicio del monasterio amenazado de cierre y derrumbe progresivo. Entre las personas del pueblo, colaboradoras más cercanas con la madre Guadalupe, figuran Luis Delgado como gestor y Dionisio Núñez como maestro albañil.
Estas dos personas me refirieron, por separado y en días diferentes, coincidiendo ambos en idénticos detalles, cómo se levantó la actual Cruz de Sor Felipa.
La madre Guadalupe, de cuya vida encontramos paralelismos con la de Sor Felipa, quiso reconstruir aquella cruz que presidía el trabajo de las monjas en la huerta y se lo hizo saber a Luis y Dionisio.
Como las dificultades económicas no daban para adquirir materiales de construcción hubo que recurrir a la reutilización de los procedentes del derribo de otros edificios.
Vino a coincidir, por esas mismas fechas, que sobre el 3 de abril de 1947 se produjo el derrumbe de una parte de nuestra parroquia, que afectó a su bóveda, ábside y tres capillas contiguas.
Entre los escombros de este derrumbe se halló, en bastante buen estado, el fuste de una de las dos columnas graníticas, acanaladas y gemelas que con otros elementos componían, a modo de retablo, el decorado de la capilla de la Virgen del Rosario, que es la que está en el lado del evangelio, adyacente a la actual de San Roque o Sotomayor, y que después se reconstruyó lisa de adornos.
El popular cantero local, Veneno, apodo derivado de su nombre propio Benedicto, tenía abandonada en su taller, porque no logró venderla, una cruz que hizo para presidir una tumba. Los brazos de esta cruz parten de una corona circular con ocho radios interiores y está labrada en riolita, roca que se extrae, en Belalcázar, de unas canteras próximas al castillo.
Dadas las circunstancias, el cantero donó la cruz y combinando aquel fuste granítico de columna acanalada con esta cruz de corona circular se levantó, en la huerta de Santa Clara, la actual cruz de Sor Felipa.
21.- CRUZ DE LOS CAÍDOS DE LA MEDIA LEGUA.
Esta cruz y la siguiente no son cruces de TERMINO pero forman parte del paisaje de nuestro pueblo y representan la sin razón, la barbarie y el horror sufrido en un conflicto que nunca debía de haber sucedido.
Al formar parte de nuestra historia, pienso que, deben tener un lugar en la presente entrada.
Esta primera cruz se erigió en recuerdo de las personas de Bélmez y Belalcázar que murieron en este lugar el 18 de Agosto de 1.936.
Esta majestuosa cruz está construida con base cuadrada de granito, pedestal de sillares y cruz cuadrada maciza del mismo material.
A su alrededor tiene aproximadamente unos 1.800 metros cuadrados de terrero. El mismo estaba delimitado por basas de granito con alambrada, las cuales se encuentran en su mayoría caídas.
22.- CRUZ DE LOS CAÍDOS DEL MALAGÓN
Se encuentra a unos 500 m del cruce de la carretera de la estación de Belalcázar con la A-422, en su margen derecho, en el camino que pasa por la finca de los señores Botella, distante unos 200 m, camino adentro, de la carretera de la estación.
Al igual que la anterior, se instaló para recordar los que murieron en este lugar.
Todo el espacio que ocupaba la fosa común está enlosada con lanchas de granito, tanto la peana, el pedestal y la cruz son de una pieza de granito macizo. En mi opinión es la mas artística de todas.