CUEVA DE LA MORA
La conocida como Cueva de la Mora es un pequeño manantial en el margen izquierdo, a media ladera entre el arroyo Caganchas y la calle Séneca, justo frente al castillo.
Por las informaciones que he podido recoger y un estudio de la misma, en mi opinión, se trata de una mina de agua de las muchas que se construyeron para llevar el agua al pilar. Esta mina tenía una entrada abovedada que se ha desplomado habiendo quedado unos grandes bloques de granito encajados en su parte exterior por donde corre un pequeño cauce que llena una alberca corriendo el agua sobrante al arroyo antes citado.
De la cueva hay una leyenda en la población que, resumidamente, dice que en la misma vivía una mujer mora que estaba enamorada de un cristiano y por ello no quiso irse con su familia cuando fueron expulsados por el rey Felipe III en el año 1.610. Cuando murió se decía que se oía, por las noches, el llanto y lamentos por su amado.
Como ejemplo de las muchas formas en que se cuenta la leyenda, expongo la que publicó nuestro maestro poeta y pintor, Elias Castellano que para mí es la más bonita de todas.
(Por Elías Castellano).
Existió una vez un valle, y en él una hermosa villa de prestigio y señorío en la cual, había un castillo encima de una colina.
Era un hermoso edificio de apariencia impresionante, en él vivían unos nobles señores de aquellas tierras con blasones y estandartes. Muy fieles a la corona participaban en guerras, luchaban contra los moros, que es una raza africana que invadieron nuestras tierras.
De una de aquellas contiendas trajeron cautiva un día a una princesa mora, de opulencia y gran linaje, mora de la morería. De piel fina y grandes ojos, era una dama muy bella, talle esbelto, negro pelo, de arrogancia impresionante, y además era doncella. De aceptar el cristianismo fue imposible convencerla, muy firme en sus creencias, no quería nuestras costumbres. Ni siquiera conocerlas. Debido a su tozudez y su indómita fiereza deciden encadenarla en una cercana cueva, que había en las inmediaciones, entre el castillo y la villa y por " Piedra de la Mora " siempre se conocería.
Cautiva y encadenada triste la mora sufría, en aquella inmunda cueva bajo atenta mirada de cuatro guardias armados con flechas, lanzas y espadas, mientras que se consumía anhelando buenas nuevas.
De la de sierra de Granada baja un moro que cabalga sobre una negra montura, que brilla como de jaspe y lleva brida de plata.
Parece el bravo corcel que le hayan nacido alas, le cae espuma por el belfo y largas crines sudadas.
Es el fornido guerrero, de oscura tez, negra barba y unos ojos, que le brillan como puñales de escarcha. Le ciñe sobre su frente turbante de seda y lana y en su cintura, una espada, cuya funda parecía como de bruñida plata. Misiva que ha recibido de donde estaba su amada. Supo de su cautiverio, sus humillantes cadenas y su situación amarga. No se paró ni a pensarlo, el dolor le atenazaba, y el corazón oprimido le subía por el pecho llegando hasta la garganta.
Llegado que fue en el valle, furtivo la noche espera, y cuando la luna cubre el valle de blanco perla, con sigilo de un felino se desliza hasta la cueva. A los guardianes sorprende y en lucha encarnizada, logra reducir los cuatro soldados muy aguerridos que tenían presa a su amada.
Rompió las frías cadenas que a ella la sujetaban usando un hacha de guerra que los soldados llevaban. La mora emocionada de pasión y amor lloraba, y el bravo y fuerte guerrero de este modo la calmaba:
"Esta luna que nos mira y me deja ver tu cara, te espera entre los mirtos y alegres surtidores que hay en el Generalife de la Alhambra de Granada. Serás mi esposa, mi reina, serás, la luz de mis días, serás, los blancos jazmines que perfumen mi alegría. Tu ausencia y tu destino lloré en mis noches perdidas amargo tu cautiverio, amarga mi triste vida, amargos amaneceres, y puestas de sol vacías”.
Montó a la moza en la grupa y partieron al galope rumbo a los montes de Granada, difuminando en la noche entre encinas y olivares la silueta del caballo, con el moro y con su amada.
Esta es la historia escuchada de mi padre en mi niñez, que ahora quiero relatar para quien no la conozca fomente su fantasía, y en tiempos venideros con amor a las leyendas, pueda volver a contar.
Creo que existen aún el valle, creo que existe la villa, y creo que existe el castillo encima de la colina .
PUENTE DE LA REINA
El puente de la reina está sobre la cañada de Torretejada muy cerca de su desembocadura con el río Guadamatillas. Al parecer se construyó para el paso de la reina Isabel La Católica cuando visitó nuestro pueblo en su paso para la conquista de Granada.
La Presa de la Colada está construida en el río Guadamatillas, que es el límite de nuestro término municipal con el pueblo del Viso de los Pedroches.
En la margen izquierda Belalcázar cuenta con una zona recreativa de ochocientos metros de longitud. Esta zona dispone de cinco barbacoas y unas veinte mesas de madera. Lo que hace del lugar un sitio ideal, en ésta época del año, para pasar un día de campo.
COMO LLEGAR
Se puede llegar a la misma por tres caminos diferentes: Por la Cañada Real de la Mesta, por el Camino de las Monjas de Santa Clara, llamado también Vereda de Belalcázar - El Viso y por la carretera de Hinojosa al Viso.
Estos dos últimos son los que en mejor estado están, personalmente recomiendo el último, la carretera.
Línea negra: Carretera de Hinojosa al Viso.
Línea roja: Camino de las Monjas o Vereda de Belalcázar al Viso.
Línea azul: Camino que une el Camino de las Monjas con la Cañada Real de la Mesta.
Línea verde: Cañada Real de la Mesta.
Línea amarilla: Zona Recreativa.
Si se accede desde la carretera del Viso, justo antes del nuevo puente que cruza el Guadamatilla, cogemos el camino de las Monjas y al llegar al cruce señalizado seguimos dirección a la presa de la colada. Al llegar a la cañada Real giramos a la derecha y seguimos por la misma hasta el primer cruce donde giramos otra vez a la derecha hasta llegar a una explanada con un cartel anunciador.
Se encuentra en un olivar cuyos olivos tienen mas de 300 años que sustituyeron a la viña que allí había. Por lo que podemos asegurar que es la mas vieja del pueblo. Otra prueba de su antigüedad son los sillares romanos que encontramos en la misma.
PESEBRES DE GANADO BOVINO ÚNICOS.
PILA DEL CORRALÓN DEL CONCEJO
CALERAS Y HORNOS DE CAL
La calera del "Calero" Manuel Armenta Castillejo.
Construyendo el horno
Trabajando en la cantera
Fotografías Josefina Armenta Flores
Fotografías Josefina Armenta Flores
La Caleruela