MANUSCRITO DE LA TOMA DE POSESIÓN DE PÁRROCO DE SANTIPONCE
Tomé posesión de la parroquia de San Isidoro del Campo, en Santiponce (Sevilla), el día 4 de Octubre de 1961. La villa celebraba la festividad de su Patrona y de Fiestas Locales denominadas “Feria” daban comienzo igualmente en ese día.
Ordenado Sacerdote por el Cardenal – Arzobispo de Sevilla, José Mª Bueno Monreal, en la capilla del palacio Arzobispal hispalense el domingo 23 de julio de ese año, el Prelado de la archidiócesis me anunció el nombramiento de Cura – Ecónomo de Santiponce, cuatro días mas tarde, con estas palabras: Te envío a la llamada “Rusia Chica”. Te aguardan no pocas dificultades, pero con la gracia de Dios y mi propia ayuda, tengo la certeza de que tu labor sacerdotal ha de ser meritoria y eficaz.
Designado párroco de Santiponce, viajé a esa villa para entrevistarme con el cura saliente, Amador Menudo Sivianes, quien me presentó al entonces presidente de la Junta Parroquial y médico de la localidad Antonio Díaz Clemente. Luego regresé a Córdoba, donde el día 25 de Julio había celebrado mi primera misa solemne (iglesia parroquial de San Francisco, en memoria y recuerdo del Sacerdote Miguel Vigara Ruiz-Moyano, pariente de mamá quien durante no pocos años ejerció como cura-párroco y fue canónigo de la Catedral de Córdoba).
A primeros de agosto, en situación de interino, el cardenal – arzobispo me envió al pueblo gaditano de Espera próximo a Brenes y Arco de la Frontera , que entonces formaban parte de la archidiócesis hispalense y hoy están integrados en el nuevo obispado de Jerez, para sustituir al párroco Juan Manuel Cazorla Baena mientras este asistía a un curso de verano en la universidad santanderina de Menéndez Pelayo. Permanecí algo mas de un mes y me correspondió predicar el quinario de las fiestas del cristo de la villa. La experiencia de esos días fue de mucho provecho para mi futuro ejercicio sacerdotal en Santiponce: Bauticé a niños y niñas, celebré esponsales, asistí a moribundos, oficié funerales, hice uso del confesionario, recibí a jóvenes que acudían a mi despacho para consultarme sus problemas, mantuve reuniones con los feligreses de la parroquia, etc. Allí recibí la visita de un íntimo amigo: el sacerdote abulense Celso Fernández Marcos, con quien me desplace a Cádiz y Jerez en visita relámpago de 24 horas.
A mediados de septiembre, invitado por un primo de mi padre (José Moreno Soto, inspector veterinario) fui a pasar unos días con el y su familia a Macarena (Granada), de esos días (algo mas de una semana) guardo un grato recuerdo. Mi tio, su compañera y mis primos me acompañaron a mis visitas a la Alhambra y rincones típicos de la bella ciudad Granadina.
De regreso a Córdoba, preparé mi llegada a Santiponce. Acompañándome mama y el clérigo Juan Balmisa. En la entrada del monasterio-parroquia dándome la bienvenida el arcipreste de Itálica (cura de la algaba) Luciano Fernández, y el que fuera cura ecónomo de San Isidoro del Campo y ejercía en ese momento de párroco en Llerena Manuel Mellado. Así como el alcalde de Santiponce, Pedro Castillo, concejales, juez de paz, maestros y un grupo de feligreses (no demasiado numeroso). La misa fue celebrada por Manuel Mellado quién (tras la lectura del evangelio) hizo mi presentación y me cedió la palabra. Fueron las primeras que pronuncié en presencia de mis feligreses. Terminada la función religiosa, las autoridades ofreciéronme un ágape en una plazoleta de la villa, situada frente al bar-peña sevillista. Por la tarde se celebró la procesión de la Patrona por las calles del pueblo. Tras la imagen, revestido de capa y estola, iba yo presidiendo el acto.
Los días siguientes los dediqué a tomar contacto con organizaciones parroquiales y a conocer los problemas sociales de muchas familias.
Transcurrido un mes, iniciamos la constitución de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y la renovación de la junta parroquial (manteniendo al médico Díaz Clemente como presidente de esta).
Permanecí al frente de la parroquia (inaugurando un nuevo templo el 22 de septiembre de 1963) hasta finales de agosto de 1964. Me sucedió en la dirección de la parroquia, el sacerdote Rafael Gómez Gálvez. En 1966, dos años después de instalarme en París, abandoné la vida eclesiástica.
Manuel Moreno Vigara.
PATRONA DE SANTIPONCE